El Almería y la ciudad empiezan a saldar deudas
Ortiz Bernal que, como el añorado Juan Rojas, jugó como rojiblanco en todas las categorías del fútbol español, será por fin reconocido por su club y por la provincia almeriense
Juanjo Aguilera
Almería
Domingo, 11 de diciembre 2022, 00:11
La Almería futbolística y la Almería ciudad saldarán una deuda contraída hace ya una década. El pasado 3 de junio se cumplieron diez años de ... la última defensa oficial sobre un campo de fútbol del escudo de la UD Almería por parte de José Ortiz Bernal (Almería, 4-8-1977) porque el escudo rojiblanco lo ha llevado tatuado siempre en el corazón. El 29 de junio de 2012, el día que anunció su despedida, pese a querer seguir jugando al fútbol, dejó claro que «nadie es eterno, solo son eternos el club y la afición». Había estado quince años defendiendo esos colores –solo estuvo fuera media temporada con el equipo italiano del Ravenna Calcio, donde jugó en la Serie B, en la 1999/2000–, habiendo disputado 338 partidos como rojiblanco entre Primera y Segunda B, de los que ganó 137, empató 78 y perdió 123, y marcado 47 goles. A esas cifras se deben añadir los 17 partidos que disputó en Tercera División y los 14 goles que hizo. Así, su cifra de partidos sería de 356 y la de goles serían 61.
A principio del presente año, Ángel Acién, Luis Miguel Columna, David Fernández Borbalán, Juan José Melero, Manolo García, Alberto Cerezuela, Rodrigo Valero y Salva Moya comenzaron a gestar un partido en el que se reconociera la figura de un humilde futbolista que acabó en emblema. Se había previsto llevar a cabo con la UD Almería jugándose el ascenso en San Sebastián, ante la Real B, pero la idea quedó abortada y el proyecto, en un cajón, pero vivo. Mañana se anunciarán detalles de un merecido homenaje que servirá para saldar deudas, lo que sin duda supone una acción loable por parte de quienes participan en la organización de este reconocimiento en el sitio oportuno, en un campo de fútbol, en 'su' campo, con lo que parece que la UDA tiende lazos de unión con quienes han sido, y siguen siendo aunque ya retirados, emblemas de un equipo que no debe olvidar el pasado.
Siempre futbolista
José Ortiz Bernal siempre ha sido futbolista. Hecho jugador en el barrio en el que nació, el Zapillo, y en un campo ubicado entonces en el corazón del mismo –el mítico Rafael Andújar–, comenzó su andadura en aquel equipo, a mediados de los años 90, siendo el único jugador almeriense, junto con Juan Rojas para el que pidió un merecido homenaje el día de su retirada –él paseó la camiseta del mítico capitán de a AD Almería el día del primer ascenso de la UDA en mayo de 2007–, que ha conseguido el salto que supone jugar en todas las categorías, desde la Primera Regional a la Primera División.
El traslado de su familia a Roquetas provocó entonces un 'contencioso' salvado con una colecta solidaria para comprar su libertad y poder jugar en el Roquetas, situación casi parecida a la que vivió cuando estuvo medio año en Ravenna. Volvió para liderar al equipo que se convertiría en la actual UD Almería, formando parte de un once que tuvo en él, Francisco y Raúl, a un ataque 'demoledor' que permitió al conjunto rojiblanco ascender a Segunda División A dirigidos por Juan Martínez 'Casuco', al que Guillermo Blanes le dio los 'trastos' para reverdecer éxitos del pasado.
La 'unión'
La 'unión' y posterior venta de la mayor parte del paquete accionarial de la entidad a Alfonso García convirtieron al almeriense en un emblema, moldeado por Paco Flores y Emery. Del primero, el día de su despedida aseguró que «llegó en una época en la que estábamos casi descendidos y siempre he dicho que a partir de Paco Flores hay un antes y un después en el Almería, también para mí. Pasé de estar en la grada a jugar todos los partidos y ha sido el entrenador que más confianza me ha dado en mi carrera deportiva. Para mí, no solo Paco Flores, sino que con la llegada de él se formó una base, algunos están todavía, y ha sido la base de tantos años y tantos éxitos en el Almería», reconocía entonces. Del segundo, en el podcast 'Un tiro en la toalla', aseguró que «con Unai Emery y sus métodos, Almería pasó del fútbol antiguo al fútbol moderno. Antes de Unai, se veían los vídeos de los rivales o los nuestros con VHS, intentando hacer resúmenes. El entrenador tenía los minutos importantes, perdiéndose mucho tiempo en explicar lo que quería mostrar; con Unai Emery llegó la revolución de cortar los vídeos, llevarlos preparados en un DVD… Daba a los futbolistas toda la información muy masticada, diciendo cuáles eran los puntos fuertes y débiles del rival, por dónde atacar y cómo jugar, así como dónde colocar la línea defensiva», añadiendo que «el método de trabajo cambió muchísimo. Ese paso del fútbol antiguo al moderno lo viví de manera muy radical con Emery. Era un entrenador muy valiente, intentando manejar todos los aspectos del juego. Aparte de faltas o saques de esquina, ensayábamos saques de banda a la altura de banda, medio o ataque, con movimientos para dominar todas las facetas».
Ellos le dieron la fórmula y Ortiz sacó lo que llevaba dentro. Antes de probar en Ravenna, ya había debutado en Segunda B jugando un minuto frente al Poli Almería y entrando en sustitución del mítico Sousa. Era la primera jornada de la temporada 1997/98, disputada el 31 de agosto y el CF ganó al Poli (2-0). Luego, otro 31 de agosto, este de 2002, se vistió de jugador de plata, jugando los últimos 13 minutos del primer partido de Liga frente a la histórica UD Salamanca, que ganó 1-2 en el Juan Rojas. En 2007, el 26 de agosto, ya era confirmado como un jugador de Primera. Estuvo presente en los últimos 16 minutos del 0-3 en Riazor. Siempre, Ortiz, el fallecimiento de su madre en el verano de 2010 sirvió para recordarla a partir de su traumática partida. Cuando, en el minuto 89 del primer partido de 2010 –decimosexta jornada de la temporada 2009/10, el 58º partido en Primera–, marcó al Xerez el gol del triunfo, su celebración miró al cielo. Era un homenaje en forma de recuerdo, a quien tanto le dio en la vida. Un año después logró jugar unas semifinales de la Copa del Rey, la mejor clasificación lograda por la UDAen el torneo del KO a lo largo de su historia. Ahora, diez años después de que ante el Alcoyano se quitara la camiseta de la UDA –si es posible arrancársela de la piel–, el eterno capitán recibirá un homenaje que 'esconde' cosas más importantes como el reconocimiento, merecido, del que fue el club de su vida, de una ciudad cuyo nombre paseó con orgullo durante tantos años. Marcharse fue una despedida efímera. El recuerdo es imborrable.
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