El Almería, a la caza de los 67 puntos, por ahora

Para lograr el ascenso directo, es decir, finalizar entre los dos primeros de la clasificación, los datos históricos indican que suele ser necesario alcanzar una cifra que oscila entre los 75 y los 80 puntos. Es cierto que hay temporadas en las que el segundo clasificado ha subido con algo menos –como el Granada en 2023, que lo logró con 75–, pero lo más habitual es que ese segundo puesto se resuelva cerca del umbral de los 77-78. En temporadas más competitivas, como la 2021/22 –la del último ascenso de la UDAlmería–, el Real Valladolid necesitó 81 puntos para subir como segundo –los mismos que el equipo indálico– y tanto Espanyol como Mallorca rozaron los 82 en la 2020/21.

Esto deja una conclusión clara. Si un equipo quiere asegurarse sin depender de terceros debe apuntar al menos a los 78 puntos. Esa cifra rara vez deja a alguien fuera del ascenso directo. Si el objetivo es entrar en la pelea sin esa certeza, unos 74-75 podrían bastar, pero con el riesgo de quedarse corto si hay varios equipos en buena dinámica.

Para el acceso al playoff, la frontera es algo más flexible. El objetivo aquí es terminar sexto, la última plaza que da derecho a jugar la promoción. En los últimos años, ese corte se ha fijado casi siempre entre los 65 y los 68 puntos. Sólo en la temporada 2019/20 –marcada por el parón por la pandemia– se accedió con algo menos –el Elche entró con 61–, pero fue una excepción. En condiciones normales, sumar 67 puntos te deja prácticamente dentro y, con 65, al menos estás compitiendo hasta la última jornada.

En este sentido, es importante destacar que no basta con alcanzar esa cifra. También cuenta la dinámica del equipo, el calendario y sobre todo cómo se compite en los partidos directos contra rivales que pelean por lo mismo. Porque a esas alturas, no es sólo una cuestión de sumar, sino de frenar a los que también aspiran.

Así que, en resumen, todo apunta a que para ascender directamente hay que rozar los 80 puntos y para jugar el playoff basta con rondar los 66 o 67. A partir de ahí, cada punto cuenta. Y cada error pesa como una losa en el ánimo.

Este análisis no es algo que pueda utilizarse para hacer cuentas, sino que sirve para entender la exigencia real de la Segunda División. Una Liga donde la regularidad lo es todo y donde los márgenes de éxito o fracaso son tan estrechos que un simple empate puede cambiarlo todo.

Comprometida situación

Tras la derrota del Almería ante el Granada, el equipo se encuentra en una posición comprometida en la clasificación de la Segunda División. Actualmente, el Almería ocupa el séptimo lugar con 50 puntos, a solamente un punto de las posiciones de playoff, que están en manos del Huesca y el Oviedo, ambos con 51 puntos. El ascenso directo parece más lejano, con Elche, Levante, Mirandés y Racing muy metidos en esa pelea.

Con ocho jornadas restantes en la temporada, el Almería tiene un margen limitado para alcanzar sus objetivos. Históricamente, se estima que para asegurar el ascenso directo se requieren, como queda dicho, entre 75 y 80 puntos, mientras que para acceder al playoff suelen ser necesarios entre 65 y 68 puntos. Esto implica que, para aspirar al ascenso directo, el Almería necesitaría sumar entre 25 y 30 puntos de los 30 posibles, una tarea sumamente difícil. Por otro lado, para asegurar una plaza en el playoff, el equipo necesitaría al menos 15 puntos adicionales.

El calendario restante será determinante. El Almería deberá enfrentarse a rivales directos y equipos que también luchan por no descender, lo que añade complejidad a su misión. Cada partido se convierte en una final y la capacidad del equipo para reaccionar y sumar puntos será crucial en esta fase.

En resumen, aunque el ascenso directo parece una meta lejana, las opciones de entrar en el playoff siguen siendo reales. Sin embargo, el margen de error es mínimo y el Almería debe encarar cada encuentro con la máxima intensidad y concentración para mantener vivas sus aspiraciones de ascenso a Primera División.