El Almería cae con orgullo y honor

Pero el equipo tiró de honor para restañar la moral propia en un final de primera parte y los 45 minutos de la segunda. El Almería parecía un equipo de Champions ante un Atlético acomodado que 'festejaba' en los días previos una victoria para unir y que, por poco, tuvo que lamentar vender la piel de un oso que peleó por su vida sacando las uñas y mereciendo salvar su vida por su capacidad de competir, algo que cuando las diferencias son tales -el Atlético no ha perdido ni un punto en el Metropolitano- es lo mínimo que se debe pedir. En los últimos cinco minutos de la primera mitad, el Almería se adueñó del balón, tocando en campo rival y forzando hasta seis saques de esquina. En la segunda sólo estuvo el Almería. Baptistao vio puerta con tiempo para más y el equipo indálico hizo méritos firmando oportunidades por ninguna colchonera, como si el del Simeone fuera un equipo menor. Hubo tiempo, proponiendo sensaciones y peleando por un mejor resultado. No llegó, pero éste no supone una bajada de brazos y sí levantar la cabeza. Hay vida.

De inicio el Atlético impuso sus normas. Con presión alta obligó a la UD Almería a tener que jugar hacia atrás, proponiendo los indálicos una presión en zona media, resguardándose y cerrando espacios o tratándolo porque el cuadro de Simeone tomó el carril izquierdo, con la presencia de Samu Lino, para percutir y buscar ventaja en el marcador. Pudo ser en el minuto 7, en un mal defendido balón de los rojiblancos que acabó con balón colgado con el hombro por Samu Lino que le cayó a Antoine Griezmann. Éste mandó el balón al fondo de las mallas. Por fortuna, el VAR avisó de la posición antirreglamentaria del galo, por milímetros.

De todas formas, el partido estaba careciendo de 'chicha', pero se empeñó el Almería en que hubiera 'carne en el asador' con los errores defensivos y las pérdidas. En el 16, un balón para Ángel Correa lo remató fuera por poco, ajustado al palo izquierdo de la meta de Luis Maximiano, pero la siguiente pérdida, que era la tercera en 16 minutos, desembocó en el gol atlético. Fue un pase de Griezmann, Chumi se fue de su posición, tuvo que acudir César Montes para tapar el 'agujero', pero Álvaro Morata dejó atrás al mexicano, que llegó como pudo, y el internacional español encaró a Luis Maximiano para dribrarle en la salida y encontrar, por la derecha, el camino que puso al equipo colchonero por delante en el marcador.

El Almería, convertido en marioneta, se quedó en las cercanías del área de un Oblak sin trabajo porque el Almería encontró un muro y se convirtió en el mejor 'obrador' de ocasiones del Atlético porque, en el 22, una acción iniciada por los de Gaizka Garitano acabó en una pérdida infame que aprovechó el Atlético para hacer el segundo. Corrió Marcos Llorente por la derecha y acabó poniendo el balón casi en la línea del área pequeña para que Ángel Correa la embocara en la meta de Luis Maximiano.

Lo intentó el Almería con más fe que posibilidades y siempre atacando en inferioridad. En el 31, un balón en largo lo condujo Leo Baptistao, encimado por defensores, y su disparo tímido se marchó por la línea de fondo y desviado. Además, en defensa se siguió concediendo y dando pie a que el Atlético se creciera. En el 33, una falta en la frontal la mandó Rodrigo de Paul a la escuadra, pero Luis Maximiano intervino para evitar el tercero.

El Almería, puede que por 'dejadez' atlética, se acercó al área de Oblak, forzando en un minuto hasta seis saques de esquina que no se convirtieron en nada, con dos disparos casi consecutivos de Leo Baptistao y de Lucas Robertone que se fueron por los costados de la meta defendida por el cancerbero colchonero, con la del brasileño naciendo en una buena acción de Sergio Arribas. Y el Almería despertando del letargo, en una acción de Lucas Robertone, conduciendo por el centro del campo y viendo la aparición de Adrián Embarba por la izquierda para ponerle un 'dulce' que el madrileño mandó al corazón del área por donde apareció Leo Baptistao, cuyo disparo final lo despejó Oblak, aunque todo anulado por fuera de juego.

Tras el descanso, sin cambios en los equipos, el Almería sí que se pareció más al que finalizó la primera parte en campo rival. De salida, en otra acción de córner, estuvo cerca de ver portería por la conexión en un córner ensayado que acabó con disparo de Sergio Arribas, tras el balón puesto por Leo Baptistao. La dirección del balón no encontró portería colchonera. Adrián Embarba, en el 52, sí pudo encontrarla, pero delante lo parapetó Jan Oblak. Fue una buena acción de Sergio Arribas, tras una recuperación en el centro del campo, y el cabezazo en plancha de Embarba lo despejó el meta colchonero en la primera intervención del esloveno.

El Atlético había puesto ya la bandera y dado por bueno el 2-0, pero el Almería buscó meterse en el partido como fruto a esa mejora expuesta en el final de la primera parte y en el inicio de la segunda y en el 61, en un disparo de Alejandro Pozo que 'rozó' en el estómago de Leo Baptistao, lo despejó Oblak y el brasileño aprovechó para poner el gol rojiblanco en el marcador ante un Atlético nervioso que, en el 68 y siendo gris en ataque, pudo encajar el segundo, pero Sergio Arribas se escoró a la derecha para disparar y lo hizo muy alto.

Respondió el Atlético, controlando el balón, pero sin crear peligro ante la meta de Luis Maximiano que vio a Griezmann cerca, en el 69, que no fue capaz de rematar con acierto un centro de Marcos Llorente. En el 72, Sergio Arribas tuvo el gol, pero la intervención de Oblak impidió las tablas en fase en la que el cuadro rojiblanco se enganchó haciendo malo al Atlético de Madrid, que vio una nueva ocasión de gol, en el 78, que pudo ser mejor si Baptistao ve a Embarba, en mejor posición, para haber puesto unas merecidas tablas.

Sobrio en defensa, el Almería cortó cualquier intento colchonero para que sus llegadas permitieran dormir el partido. De todas formas, con el equipo partido, el Atlético tuvo la suya, en el 87, con un disparo de Memphis Depay que se fue fuera. Con posterioridad, el acoso rojiblanco para poner las tablas y dispuso de llegadas, pero tal vez se quiso ver una portería que se hizo pequeña en parte por Oblak, mandando a córner un disparo de Leo Baptistao que, sacado, vio pasar el balón tras tocar el autor del gol indálico y pasearse sin rematador. Un minuto después, en el 94, sí hubo disparo de Leo, pero desviado a un saque de línea que no dio para lograr lo que por justicia mereció un equipo que cerró con orgullo y honor.