Un Almería más atrevido y certero
Los rojiblancos mejoran su sociedad con la portería contraria, duplicando el acierto con inferior número de partidos disputados
Juanjo Aguilera
Almería
Lunes, 31 de octubre 2022, 23:41
Es cierto que el fútbol y el gol son aspectos que van asociados a las rachas y estas cambian y que estas pueden cambiar no ... solo de un día para otro, sino incluso de una parte para otra en un mismo partido. El Almería lo ha sufrido en sus 'propias carnes'. La mutación experimentada por el equipo ha deparado 'sugerencias de cambio' hace apenas un mes –en San Mamés encajó su cuarta derrota consecutiva sin capacidad para ver portería– a, incluso aquellos agnósticos, ver a un equipo capaz de complicarle la vida al que se ponga en su camino –Villarreal fue un ejemplo–. Y todo por algo que puede resultar caprichoso, como la dirección en el disparo o el lugar de la ejecución, sin olvidar la otra parte de la cuestión a la que se agarran quienes ven las cosas con los pies en el suelo, sin entrar en casualidades y sí en la causalidad que supone el trabajo diario de la plantilla.
La UD Almería, con un acierto similar en la relación disparo y disparo entre los tres palos –en las siete primeras jornadas era de un 37,68% y en los últimos cinco es de 39,18%–, ha mejorado en la 'asociación principal', la que habla del disparo entre los tres palos y el gol y lo ha hecho con un acierto que supone más del doble atendiendo a las mismas fechas. Lo hace mirando en el resultado del gol en relación al disparo y en relación al disparo entre los tres palos. No se diga si se utiliza la 'ventajista' estadística de asociar esos números al tramo de los cuatro partidos perdidos de forma consecutiva, que habla del 0% de eficacia, como es obvio.
Una barbaridad
Los números de la UD Almería han mejorado muchísimo si se comparan los registros de las siete primeras jornadas, en las que sumó 4 puntos sobre los 21 que se pusieron en juego. Los resultados, evidentemente, fueron la consecuencia a la falta de efectividad y hasta de 'creación' porque en las tres primeras jornadas se disparó más de once veces por partido, independientemente de la dirección que tomara el lanzamiento, con 4,75 disparos entre los tres palos, mientras que en los cuatro últimos partidos esas intenciones bajaron en dos puntos. En concreto, 9 disparos por partido, de los que menos de tres fueron dirigidos entre los tres palos.
El cambio llevado a cabo por los indálicos cuando el equipo ha empezado a cambiar la racha, en gran medida por un fútbol distinto interpretado por la irrupción de la 'veteranía' en el once. El pasado sábado había sobre el césped siete jugadores que habían competido en las máximas categorías de España –Rodrigo Ely, Leo Baptistao, Gonzalo Melero y Adrián Embarba– y tres en otras Ligas –Houboulang Mendes y El Bilal Touré en la Ligue1 francesa y Lucas Robertone en la argentina–. En los últimos cinco partidos, la UD Almería promedia más de 7 disparos dirigidos entre los tres palos por partido, con un acierto que se va al 50% de lo que intenta –aunque sea entre los dos banderines de córners hacia los que ataca–.
Ha echado por tierra felizmente aquella frase de Rubi, pronunciada en el partido disputado en Mallorca, y eso que aquel día fue el mejor de los partidos de aquella racha, con 9 disparos totales de los que tres se dirigieron hacia la meta defendida por Rajkovic, mientras que ante Osasuna se disparó dos veces menos y con 'dirección hacia el gol' en una ocasión menos, y en San Mamés, con 8 disparos totales de los que solo dos fueron hacia la portería defendida por Unai Simón. Decía el técnico rojiblanco que «no le hacemos un gol ni al arco iris». El paso empezó marcarle tres goles al Rayo Vallecano en una noche de un 75% de efectividad en la relación disparo entre los tres palos y gol –3 goles sobre 4 intentos– y un 30% en lo que se refiere a la 'suerte suprema' y los intentos en general –tres goles en 10 disparos–.
El punto de mira
En detalles, la UD Almería ha mejorado su sociedad con el gol como consecuencia del acierto que reflejan los números y no es que el 'arco iris' al que aludió Rubi se haya hecho más grande, sino que la 'cura' ha sido, seguramente, fruto del trabajo diario de un equipo que ve puerta con mucha asiduidad pasando de haber estado cuatro jornadas sin marcar un gol a llevar ahora cinco partidos en los que siempre vio puerta, marcando de tres en tres, y haciendo el gol en sus desplazamientos, aunque solo sea para salvar el honor, pero también para no perder ese placer que supone la celebración.
De este modo, el cuadro indálico ha mejorado en el disparo, con 74 intentos generalizados, que son en cinco partidos disputados cinco intentos más que en las siete primeras jornadas. Llamémosle atrevimiento o ausencia del miedo a fallar. Entonces, el gol llegaba cada 17,25 disparos a puerta, con una celebración cada más de 157 minutos. Actualmente, el gol llega por cada 6,7 disparos a portería y el júbilo para equipo y aficionados rojiblancos surte efecto cada poco menos de 41 minutos. Del 5,79% de esa fase, se ha pasado en la actualidad al 14,86% en el acierto sobre el disparo sin analizar la dirección del mismo.
Siendo más específicos, el Almería necesitaba, en el periodo de los siete primeros partidos, 6,5 disparos entre los tres palos para hacer un gol, lo que suponía un 15,38% de eficacia en ese importante salto de calidad que supone el intento y el acierto final. En la actualidad, el gol llega cada 2,63 disparos entre los tres palos, lo que hace que la efectividad haya subido hasta un 37,93% de acierto.
De este modo, se puede decir que este Almería es más certero, pero todo es cuestión de rachas, las malas y las buenas. El empeño en tratar de conseguir los objetivos también genera sonrisas.
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