El Almería se las ve ante un Dépor poco fiable en Riazor

En la primera vuelta, frente a la UDA, contaba con un entrenador de la casa, interino, que apenas llevaba un par de partidos y con el que, en principio, no se contaba para seguir. Varios meses después, Óscar Gilsanz sigue en el banquillo con el respaldo de la dirección deportiva, capitaneada por el exjugador, exentrenador y excapitán de la UDA, Fernando Soriano, que hace apenas unos días confirmó este extremo afirmando que «ahora mismo estamos muy contentos porque creo que está sacando un rendimiento importante a la plantilla. Por supuesto, con momentos mejores que otros, pero con situaciones interesantes y creo que el equipo lo está refrendando en la clasificación y en los puntos».

Por cierto, que el propio Soriano, después del mercado invernal que ha supuesto la salida de su hombre más emblemático, Lucas Pérez, pero también la llegada de interesantes refuerzos está convenciendo de que ahora la plantilla es más completa, más equilibrada y, seguramente, más competitiva. Estos cambios, en todo caso, no variarán apenas el sistema táctico empleado habitualmente por Gilsanz.

Volviendo a la línea irregular del Dépor, lo cierto es que en su estadio está teniendo más problemas que a domicilio. Trece puntos en Riazor, con un bagaje goleador negativo (-3) frente a diecinueve puntos lejos de casa, con diferencia positiva de goles (+6) convierten el partido de esta tarde en una dura prueba para los coruñeses que, además, han perdido sus dos últimos partidos ante su afición, 0-4 frente al Mirandés y 1-2 frente al Levante.

Dibujo táctico

Gilsanz, que a pesar de las jornadas disputadas aún tiene el cartel de 'novato' en Segunda, tiene el respaldo del club y, de momento, de los resultados, toda vez que el descenso queda a ocho puntos de distancia. En su primer partido, visitando al Cartagena, equipo hundido en la tabla, se atrevió con un 1-4-3-3 y acabó goleando de forma escandalosa (1-5).0 En su segundo encuentro, en Riazor, recibió a un gallito, el Eibar, y aplicó un más conservador 1-4-4-2 para acabar ganando en el minuto 91, con gol de Mario Soriano, ex del conjunto armero. Este último ha sido el dibujo utilizado de forma habitual por los gallegos a lo largo de la trayectoria de Gilsanz al frente de la escuadra albiazul.

El Deportivo tiene muy interiorizada una buena presión tras pérdida, con mucha presión, aunque no tan alta y salidas rápidas utilizando mucho los costados, con subidas de sus laterales para doblar en esa zona y buscar balones al área. Con la bajada de la zona de presión algo más atrás, respecto de la etapa del técnico anterior, los problemas en defensa se han reducido.

En La Coruña se preparan para recibir a un Almería duro aunque, al igual que los coruñeses, en un momento irregular del que esperan sacar tajada.