Tres intervenciones para restaurar la Macarena sublevan a los fieles de Sevilla
Los fieles están muy molestos porque creen que la imagen ha perdido su mirada original
Los sevillanos andan indignados. Algunos, incluso, enfurecidos. Un restaurador le hizo algunos retoques a la Virgen de la Macarena y sienten que la imagen ya ... no es la misma, que le ha cambiado la expresión. Algo inaceptable para lo que es no solo un símbolo religioso, sino mucho más, un icono de Sevilla. A la vista de lo caldeados que estaban los ánimos, a lo que se sumó una insurrección en las redes sociales, hubo que volver atrás con la intención de enmendar el error.
La exposición al humo de las velas y las salidas en procesión habían deslustrado algo la imagen, lo que llevó a la hermandad a ordenar que se le realizara, con la mejor de las intenciones, «una actuación de mantenimiento y conservación». El trabajo se llevó a cabo durante la segunda semana de junio, a lo largo de cuatro días, y fue realizado por un equipo de la Universidad de Sevilla dirigido por el catedrático de Conservación y Restauración de Obras de Arte, Francisco Arquillo Torres. Este experto ya había trabajado para remozar la imagen de la Virgen, sin que hubiera motivo de queja. Pero ahora, o el desaguisado ha sido mayor o los fieles están muy atentos para que no vuelva a ocurrir la chapuza del Ecce Homo de Borja.
Las tareas de restauración iban a ser superficiales, dado que el estado de las tres tallas era bueno. Sin embargo, cuando el viernes por la noche se vio el resultado, muchos quedaron defraudados. Las pestañas parecían no estar colocadas correctamente y el rostro de la Macarena había palidecido.
Templo cerrado
Entre apremios y sobresaltos, el sábado al mediodía se apostó por una intervención de urgencia. Se cerró el templo para la operación, que consistió en cambiar a la imagen las grandes pestañas y devolver a las mejillas el color sonrosado. A las cinco horas se reabrió la basílica, pero el descontento persistía.
A la vista del ambiente enrarecido, con unos fieles que no reconocían a la Virgen de siempre, se decidió hacer un tercer retoque el domingo. Esta vez, los expertos encargados de darle un lavado de cara a la Macarena fueron Carlos Peñuela y Esteban Sánchez Rosado, que trabajaron de madrugada.
Con la tercera intervención hubo mayor conformidad entre los fieles, aunque aun así no se disiparon del todo los recelos. Nadie duda de la oportunidad de la actuación, toda vez que era necesario retirar el óxido de los barnices, pero expertos e imagineros reprochan que se haya actuado de manera precipitada, sin que estuvieran claros los objetivos y sin asesoramiento. A ello se ha sumado la actitud hermética de la hermandad, que ha irritado a muchos al no ofrecer demasiadas explicaciones.
Algunas fuentes cercanas al proceso aseguran que al rostro de la imagen se le aplicó además un engrosamiento de pasta de madera sobre los párpados, un retoque que alteró de manera notable su mirada.
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