Del Toro derriba el muro de Trump
El cineasta mexicano conquista Hollywood con 'La forma del agua' en la 90 edición de los Oscar, convertida en un alegato en favor de la diversidad y contra la discriminación
OSKAR BELATEGUI
Jueves, 8 de marzo 2018, 02:32
Soy un inmigrante, como Alfonso (Cuarón), como Alejandro (González Iñárritu), como mis compadres y muchos de vosotros. Lo mejor de nuestro arte es que borra ... las líneas en la arena. Hay que seguir haciendo eso cuando el mundo nos dice que las hagamos más profundas». Guillermo del Toro pronuncia discursos tan hermosos como sus películas. Ayer, subió dos veces al escenario del teatro Dolby para recordar su condición de extranjero en Estados Unidos y su amor por el cine. La 90 edición de los Oscar coronó a 'La forma del agua' con cuatro estatuillas: mejor película, dirección, diseño de producción y banda sonora para Alexandre Desplat.
Fue una noche que repartió premios y reivindicaciones. Contra todo pronóstico, la primera gala sin Harvey Weinstein en el patio de butacas no se convirtió en un monográfico del #MeToo. Como gran triunfador en ese recordatorio de los derechos de las mujeres, los negros, los latinos, los gays y lesbianas, los transexuales y hasta los indios americanos emergió Del Toro, que ya en el Festival de Venecia -donde ganó el León de Oro- avisó de que su fábula era «un alegato anti Trump». La lucha feminista compartió altavoz con la defensa de la presencia latina en Estados Unidos. 'Coco', esa maravilla de Pixar que nos transporta a la 'Tierra de los Muertos' mexicana, obtuvo el Oscar de animación y el de mejor canción. Al grito de «¡Viva México!» en el escenario se sucedió el de «¡Viva Latinoamérica!».
El autor de 'La forma del agua' no las tenía todas consigo. 'Dunkerque', de Christopher Nolan, se hizo con tres premios y por un momento hasta parecía la triunfadora de la gala. Pero los chupitos de tequila que Helen Mirren se tomó en la alfombra roja ya presagiaban el acento charro. Los Oscar se rinden así al cine fantástico, que en contadas ocasiones ve reconocida su calidad en estos galardones. La película más 'mainstream' de Del Toro es un cuento ambientado en una América tristona durante la 'guerra fría', en el que el amor y la diferencia se imponen a la sinrazón del Estado. Su heroína es una limpiadora muda que se masturba cada mañana y que acaba enamorándose de una criatura anfibia secuestrada en un laboratorio del Gobierno. Sus cómplices son una negra, un viejo homosexual... y un inmigrante.
Cuando recogió el Oscar a mejor película, el director comprobó que la tarjeta ponía su nombre en un guiño al desaguisado del año pasado. Warren Beatty y Faye Dunaway no metieron la pata esta vez. En su discurso final de agradecimiento, Del Toro citó a su amigo Steven Spielberg, que le miraba arrobado desde su butaca. «Steven me dijo: 'Si finalmente te encuentras en el escenario, recuerda que eres parte de nuestro legado, de un mundo de cineastas. Y estate orgulloso de ello'». Aquel niño que veía películas de Hollywood en México abogó por el uso de la fantasía para contar historias que suceden en la realidad y derribar así puertas. Y remachó: «Dedico este Oscar a los jóvenes cineastas, que nos enseñáis cómo se hacen las cosas. En cualquier parte del mundo».
Además del cuarto Oscar para un director mexicano en los últimos cinco años, estos premios de la diversidad reivindicaron al país que Trump quiere aislar con un muro gracias a 'Coco'. Rita Moreno, la primera latina que ganó un Oscar gracias a 'West Side Story', presentó el premio de habla no inglesa con el mismo vestido que llevó en 1962. El galardón fue para la cinta chilena (con coproducción española) 'Una mujer fantástica', cuya protagonista se convirtió en una de las estrellas de la noche. Daniela Vega, actriz y cantante lírica, era la primera mujer transexual que entregaba un Oscar. Su director, Sebastián Lelio, quien recordó que Chile no reconoce la existencia de los transexuales, la encontró cuando trabajaba de peluquera.
Una nueva era
Tal como estaba previsto, Frances McDormand recogió el Oscar a la mejor actriz protagonista por su madre coraje de 'Tres anuncios en las afueras'. Suyo fue el discurso más feminista y agudo de la ceremonia, al pedir a los productores que no hablaran con ellas de futuros proyectos en las fiestas de esa noche: «Invitadnos a los despachos y allí os los contaremos». McDormand rogó a todas las mujeres nominadas que se levantaran, visibilizando así su peso en la industria. Incluso fue más allá y exigió un concepto que puede sacudir los cimientos de la industria. «Tengo dos palabras para vosotros», anunció. «Inclusion rider». Se refería a una cláusula en los contratos que los actores pueden añadir para que se exija que sus películas garanticen la paridad, de género y etnia, en su plantilla, tanto en el equipo artístico como técnico.
Poco antes Jennifer Lawrence, que protagonizó los momentos más espontáneos con una copa de vino en la mano, había augurado: «Empieza una nueva era en Hollywood para los nuevos retos que nos esperan». El momento específicamente #MeToo reunió en el escenario a tres actrices damnificadas por Weinstein: Salma Hayek, que escribió una carta en el 'New York Times' contando las perrerías que tuvo que aguantar en el rodaje de 'Frida'; Ashley Judd, a quien el productor acosó sin tregua; y Annabella Sciorra, cuya prometedora carrera en los 90 Weinstein truncó al resistirse a su acoso. «Hola, es genial volver a veros a todos, ha pasado mucho tiempo», saludó Sciorra. «Es un honor estar aquí esta noche. Este año muchos expresan su verdad y el viaje que queda por recorrer es largo, pero lentamente ha surgido un nuevo camino. Los cambios que estamos viendo están dirigidos por nuevas voces poderosas y diferentes. Unirnos es un coro maravilloso para decir finalmente que el tiempo (de los abusos) se ha acabado».
La diversidad también estuvo presente en el Oscar al mejor guion original, que recayó en 'Déjame salir', escrita por Jordan Peele, un cómico negro de 35 años. Su ópera prima se sirve de los clichés del cine de terror y de la sátira para hablar del racismo y la diferencia de clases en la América actual. Mientras, el Oscar a guion adaptado fue a parar a las manos del británico James Ivory, que a sus 89 años se convierte en la persona de más edad en recibir una estatuilla. Su libreto para 'Call me by your name', de Luca Guadagnino, cuenta una historia homosexual que aborda el despertar sexual y emocional de un adolescente en una Italia de postal.
No hubo sorpresas en los reconocimientos a Gary Oldman, mejor actor por metamorfosearse en Winston Churchill en 'El instante más oscuro' (premiada también por el maquillaje). El británico se lo dedicó a su madre, a punto de cumplir 99 años: «Mamá, prepara la tetera que te llevo un Oscar». Allison Janney fue la mejor secundaria por 'Yo, Tonya' y Sam Rockwell el mejor actor de reparto por su policía paleto y brutal de 'Tres anuncios en las afueras'. Las denuncias en el pasado a Oldman por malos tratos no pesaron. Como tampoco importó que Kobe Bryant hubiera sido acusado de violación en 2004: suyo fue el Oscar al mejor corto animado por 'Dear Basketball'. «Esto ha sido mejor que ganar la NBA», se felicitó el baloncestista.
Entre tanto autoaplauso, los Oscar perdieron la oportunidad de hacer Historia de verdad al mandar a casa sin premio a la quinta mujer nominada a mejor directora (Greta Gerwig) y a la primera directora de fotografía en alcanzar la candidatura (Rachel Morrison).
Más allá de los pins de 'Time's Up' prendidos en vestidos de Dior, de la autocomplacencia y de los chistes, algo ha cambiado para siempre en Hollywood. La mejor prueba llegó justo cuando acabaron los Oscar, momento que Netflix aprovechó para estrenar el tráiler de la nueva temporada de 'House of Cards'. Borrado del mapa Kevin Spacey, la nueva inquilina del Despacho Oval es... Robin Wright.
estatuillas recibió 'La forma del agua': mejor película, director, diseño de producción y música (Alexandre Desplat). 'Dunkerque' obtuvo tres y 'Tres anuncios en las afueras', 'Coco', 'El instante más oscuro' y 'Blade Runner 2049', dos cada una.
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