Terrassa prohíbe la adopción de gatos negros hasta Halloween para evitar ritos macabros
El Ayuntamiento emite una orden municipal para los centros de acogida que dura hasta el 1 de noviembre
Se dice que dan mala suerte e incluso que representan al diablo. Los gatos negros no tienen buena fama. Es mejor no cruzarse con ellos. ... Se les ha asociado a la brujería y al maligno. Por lo que pueda pasar y para evitar ritos macabros, el Ayuntamiento de Terrassa, en Barcelona, ha emitido una orden municipal cuanto menos curiosa.
Desde el pasado 1 de octubre hasta el próximo 1 de noviembre, la ciudadanía egarense no puede adoptar gatos negros en los centros de acogida de animales. Se trata de una medida preventiva. El consistorio ha adoptado esta prohibición por recomendación de las propias casas de acogida, las protectoras de animales, que si bien no les consta ninguna denuncia por sacrificios o malos tratos macabros, sí que han apreciado en los últimos años que el número de peticiones de gatos negros se incrementaba para Halloween.
En el caso más extremo, puede tratarse de grupos satánicos, que en la noche de los muertos invocan al maligno empleando sangre de gatos negros. En el supuesto menos sádico, son padres que quieren satisfacer los caprichos de sus hijos, empleando los felinos para el atrezo de la decoración de Halloween. Hay gente para todo. El Ayuntamiento corta por lo sano y por la vía de la prohibición evita el riesgo para los animales de comportamientos derivados de «supersticiones, rituales o usos irresponsables que pueden producirse durante estas fechas».
Fuentes municipales señalan que en Halloween no hay casos documentados de maltrato animal en el municipio, pero sí en la noche de San Juan, en la que desaprensivos hacen barbaridades con los petardos. La moratoria sin poder adoptar gatos negros dura un mes, si bien contempla casos «debidamente justificados y valorados por el equipo técnico del centro, en los que haya plena garantía de seguridad y un historial fiable de la persona solicitante».
Las solicitudes recibidas quedarán registradas y podrán ser reevaluadas una vez finalizado el periodo de prohibición. «Esta medida tiene carácter estrictamente preventivo y temporal y no implica ninguna discriminación en relación con el color o las características de los animales, sino una actuación de protección adicional orientada a garantizar su bienestar», recalcan en el consistorio.
Los vecinos del municipio que no conozcan la moratoria y acudan a un centro de adopción para solicitar en concreto un gato negro serán informados de la campaña de «sensibilización ciudadana hacia el respeto y la protección de los animales». Deben saber que adoptar un animal implica un compromiso responsable y duradero, que no es de usar y tirar y que merece un «respeto». Tras la fiesta de Halloween, los centros volverán a los procedimientos ordinarios de adopciones y acogidas. Eso sí, el consistorio barcelonés se toma las medidas adoptadas este año como una prueba piloto. Deberá evaluar su efectividad y si aplica el veto en años venideros.
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