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El infierno del país más joven del mundo, presa de la masacre

La corrupción y ancestrales rencillas interétnicas alimentan la interminable catástrofe humanitaria que sufre Sudán del Sur

GERARDO ELORRIAGA

Lunes, 30 de octubre 2017, 00:49

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Sudán del Sur nació hace seis años y el Ejército Blanco ha cumplido los veintiséis. La flamante república, formada por unas sesenta tribus, surgió con ... la anunciada voluntad de crear un país democrático, carente de los lastres coloniales de otros estados africanos y, aparentemente, con un futuro prometedor basado en sus abundantes reservas de petróleo. Cinco meses después de la celebración, cuando aún se mantenía el optimismo, los guerrilleros de la milicia pálida, procedentes de la comunidad nuer, cubrieron sus rostros con ceniza para ahuyentar a los feroces mosquitos y asaltaron poblados de la etnia murle en Pibor, al este del territorio. Unos 3.000 hombres y mujeres fueron asesinados, 1.300 niños secuestrados, y se calcula que más de 300.000 reses cambiaron de manos. Además, los invasores clamaron que no habría paz sobre la tierra hasta que los enemigos murle fueran exterminados.

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