Sanidad destina 18 millones de euros al primer plan de prevención del suicidio

Entre las principales líneas de actuación que pretende financiar la subvención del Ministerio de Sanidad está la reforma de las urgencias en los hospitales generales para mejorar la accesibilidad y la aceptación de personas en crisis de salud mental, así como crear dispositivos comunitarios de prevención dirigidos a personas con riesgo identificado y a pacientes con enfermedades graves o dolor crónico que presentan vulnerabilidad suicida.

En todos los casos, se persiguen actuaciones alineadas con los planes autonómicos contra el mismo problema, por lo que se reforzarán los equipos de atención telefónica especializada e integrada en la red sanitaria regional y se promoverá la formación y supervisión continuada de agentes comunitarios clave, como pueden ser policías, bomberos, sanitarios de emergencias o trabajadores sociales, que se ocupan de personas en riesgo. Son los denominados 'gatekeepers', los profesionales que deben saber atender y acompañar a personas en una grave crisis emocional y frenar o contener el impulso inicial suicida.

La subvención estatal también impulsa campañas de concienciación para promover el conocimiento sobre la conducta suicida, con mensajes contra la discriminación y el estigma de poblaciones vulnerables y la vista puesta en generar entornos sociales que favorezcan la prevención desde la empatía y la información veraz.

Con el mismo objetivo de prevención se desarrollarán programas comunitarios centrados en fortalecer el bienestar emocional de personas mayores, colectivos LGTBI y ciudadanos en exclusión social, algunos de los principales grupos de riesgo. Estas acciones también prestarán especial atención a las personas cuidadoras, promoviendo su autocuidado y salud mental, e incorporarán medidas de apoyo a familias que han perdido a un ser querido por suicidio.

El Ejecutivo, en la misma reunión de hoy, ha acordado entregar a las autonomías otros 39 millones para reforzar sus planes de mejora de la atención a la salud mental. Entre los ocho bloques de medidas está el refuerzo de los recursos humanos de los dispositivos asistenciales, con la incorporación de figuras de apoyo mutuo de personas con experiencia en salud mental.

El plan fomenta alternativas al encierro de los pacientes, financiando recursos como casas de crisis, equipos de atención domiciliaria, intervenciones de apoyo a una vida autónoma y programas de prevención de adicciones. Las acciones también incluyen mecanismos para evitar intervenciones involuntarias y la creación de figuras de apoyo al ejercicio de los derechos de personas con discapacidad psíquica.

Promueve programas formativos y campañas para el uso adecuado de los psicofármacos y de su prescripción en todos los niveles asistenciales y se quiere mejorar la accesibilidad a la atención de personas en situación de vulnerabilidad, así como reforzar la formación de los profesionales en violencia de género y apoyo a las víctimas.

El plan hace especial hincapié en impulsar actuaciones preventivas y programas especializados para la infancia, colectivo con una alta afectación actual por estos problemas de salud, así como crear alternativas de atención distintas a la hospitalización para los niños y adolescentes con trastornos. También se financian medidas que promueven el acceso al empleo digno o el mantenimiento del existente de las personas con trastorno mental.