La llegada masiva de mascarillas, el último escollo de los farmacéuticos

El problema ahora, que no es nuevo, es poder abastecer a las más de 22.000 farmacias que hay en España. «Todo el mundo está comprando en China. Es literal», indican desde la Federación de Distribuidores Farmacéuticos (Fedifar), a la que le parece «razonable» el precio marcado para las mascarillas. La pandemia ha provocado que todos los países pongan su vista en la gran fábrica del mundo, que ha comenzado a producir en masa las mascarillas de diferentes grados de protección, guantes, batas o gafas protectoras.

«Es un mercado muy complicado que fluctúa mucho», explican desde esta patronal que aglutina al 98% de la distribución de productos a las farmacias. Unas empresas que están acudiendo a los proveedores y a otros fabricantes -que sean «seguros», aprobados por el Gobierno de Pekín- para poder cumplir con la demanda de materiales. Además de la competencia feroz de las compañías de otros países, otro de los problemas que se han encontrado los distribuidores es el aumento de los costes, tanto en la fabricación como en el transporte.

«También están los controles en las aduanas», recalcan desde Fedifar, donde hacen hincapié en que abastecer a todas las boticas del país «no se puede hacer de un día para otro». Entre dos y cuatro semanas es el plazo habitual que pasa entre la fabricación de las mascarillas y la llegada a las farmacias españolas.