Igualada no despierta de la pesadilla

Pero si la gente ha cogido miedo es por algo. Igualada, localidad que está a unos 75 kilómetros de Barcelona, se ha convertido en la zona cero del coronavirus en España o en una especie de Wuhan europea. Las pandemia se ha cebado con especial virulencia con la población catalana, la primera que fue confinada en España y que ahora, como mantienen sus vecinos, sufre un doble confinamiento. Lleva 20 días aislada en un perímetro vigilado por los Mossos. Solo el martes, el peor día desde el inicio de la crisis sanitaria, perdieron la vida en el área confinada que agrupa a las localidades de Igualada, Santa Margarida de Montbui, Vilanova del Camí y Òdena, ocho personas, sobre una población de 70.000 habitantes. En todo el mes de marzo, han fallecido 75 personas.

«Una cifra impactante», señala Carlota Carner, concejal de Gobernación, Interior y Hacienda. «Tenemos la tasa de mortalidad más alta de Europa», añade. En estos momentos, mueren en la capital de la comarca de Anoia el triple de personas que antes de la crisis sanitaria. Y las autoridades locales aún creen que las cifras que facilita la Generalitat se quedan cortas pues podrían no estar incluyendo datos de las funerarias y de las residencias de ancianos. Carner, que solo lleva un año en política, reclama al Gobierno central y a la Generalitat que faciliten el máximo número de tests. Piden 70.000, para poder hacer la prueba a toda la población. La concejal también demanda que se refuerce la plantilla del personal del hospital y se le haga llegar material de protección.

La situación del centro hospitalario es «crítica», admite. Y es que, de las 589 personas que han dado positivos por coronavirus en la zona, 154 son empleados sanitarios. Un 26%, que deja el hospital muy mermado, aunque esta semana ha habido buenas noticias pues 85 profesionales han podido reincorporarse a su puesto tras superar la enfermedad.

Ante el riesgo de colapso, el alcalde la ciudad, Marc Castells, levantó un hospital de campaña en el polideportivo de la localidad. Contó con la ayuda de Médicos sin Fronteras y de la Diputación de Barcelona, pero no del Departamento de Salud. No solo hay una pugna competencial. También entra en juego la batalla política. Castells, del PDeCAT, rivaliza con la consejera de Salud, Alba Vergès, que es de Esquerra y además es vecina de Igualada.

«El alcalde ha ido un poco por libre», apunta Jordi Puiggrós, periodista local, director de 'La veu de l'Anoia'. «Ha levantado un hospital de campaña (que no está operativo) que parece más de la posguerra que del siglo XXI», señala. Puiggrós asegura que en la ciudad se critica mucho al Gobierno central por haber cerrado Igualada pero tirando la llave. «La situación es una bomba», afirma. El Ayuntamiento también pide soluciones a la situación laboral de los trabajadores de la zona que no pueden ir a trabajar fuera del área confinada y desconocen su estado legal.

Entre tantas tragedias, la concejala trata de buscar brotes verdes donde nadie los encuentra. «Somos un 'spoiler' de lo que le pasará a todo el país», dice. Y como Igualada fue la primera en adoptar medidas drásticas, también cree que será la primera en llegar al pico y en empezar a ver cambios de tendencia, posiblemente la semana que viene. «No nos lo creemos, es surrealista, un día te levantas y de repente ves a tu ciudad en todos los telediarios», remata.

De momento, Igualada piensa ya en cómo homenajeará a todos los vecinos de la localidad fallecidos durante la crisis sanitaria.