«La evolución del VIH es uno de los grandes logros de la medicina»

Actualmente, el acceso a un tratamiento eficaz ha permitido transformar el VIH en una enfermedad crónica.«Hemos dado muchos pasos hasta lograr cronificarlo. Es uno de los grandes logros de la medicina. Ahora hay que seguir trabajando en hacer caer el resto de obstáculos», asegura María Río, vicepresidenta y directora general de Gilead España y Portugal. Con una buena adherencia, es posible suprimir la replicación del virus evitando, además, su transmisión por vía sexual, sanguínea y/o materno infantil.

«No sé la fecha, pero estamos cerca de conseguir la cura del VIH, ya que se están produciendo avances muy interesantes», dice Ezequiel Ruiz-Mateos, vicepresidente de la Asociación RIS (Red de Investigación en Sida) e investigador del Instituto de Biomedicina de Sevilla (IBIS) en el departamento de Enfermedades infecciosas y sistema inmunitario en el Hospital Universitario Virgen del Rocío. Sin embargo, hay otros problemas derivados que parecen no encontrar medicamento o antiretroviral. «Hay gran estigma y discriminación que todavía no hemos conseguido eliminar en torno a esta infección», opina Reyes Velayos, presidenta de la Coordinadora estatal del Sida (Cesida).

Del mismo modo que el número de nuevos casos de VIH descienden en las estadísticas oficiales, también lo está haciendo el porcentaje de población que discrimina y estigmatiza a las personas con VIH. Aunque la cifra está lejos de ser 0. Según un estudio realizado por la organización presidida por Velayos, un 8% de la población desearía segregar a las personas con VIH, y que un 10% no tendría ninguna relación con personas que tengan el virus. «Cuando el estigma se instala, el resultado es la discriminación», explica Velayos. Para ello, en el marco del Día Mundial del Sida, Gilead organizó esta semana un encuentro con profesionales de la salud, en colaboración con Colpisa. La cafeter.IA fue el lugar elegido por la compañía –dado el significado de las cafeterías como lugares donde compartir ideas– para crear un punto de encuentro para reflexionar y dialogar sobre los desafíos de esta enfermedad.

En muchas ocasiones, la discriminación viene del propio sector sanitario. «Uno de cada tres profesionales del sector desconoce el concepto I = I», apunta Ruiz-Mateos. «Quizá es necesaria la creación de una especialidad dedicada a estas personas», añade Velayos.

Esta especialización es una reivindicación histórica del mundo científico y apoyada por muchos países europeos donde ya es una realidad. Los expertos reconocieron la importancia de otros colectivos como la enfermería o los pares que desempeñan una labor clave en el acompañamiento de las personas con VIH: «Pares y enfermería acompañan y educan no solo al paciente, sino también a su entorno, lo que mejora su adherencia y bienestar psicológico», recuerda Río.

El pasado verano, la Sociedad Española Interdisciplinaria del Sida (Seisida) creó su primer grupo de enfermería experta en VIH con el objetivo fundamental de dar soporte y potenciar la educación y la eficacia de la investigación en cuidados enfermeros, promover la detección precoz y prevención de nuevos diagnósticos de VIH y de otras enfermedades de transmisión sexual. «Estamos muy orgullosos de poder trabajar para ayudar a la concienciación, prevención y, sobre todo, lucha contra el estigma. La gente necesita referentes», explica Carlos Iniesta, doctor en medicina preventiva y salud pública y coordinador de investigación y relaciones institucionales de Seisida.

Año a año, la cifra de nuevos casos de VIH detectados en los laboratorios españoles va cayendo. Así sucede desde 2013; sin embargo, eso no quiere decir que el problema esté resuelto y merezca menos atención que cuando los nuevos diagnósticos estaban disparados. El último informe del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III registró solo en 2023, un total de 3.196 nuevos casos en todo el país. Pero el texto pone el foco en el diagnóstico tardío, aunque la lista de tareas pendientes es más extensa.

En España, más de 130.000 personas viven con VIH, aunque la velocidad con la que la cifra ha ido aumentando con el paso de los años cada vez es menor. A este guarismo, en 2023, se incorporaron 3.196 casos, según datos del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III.

Las estadísticas nacionales revelan que el 48,7% de los diagnósticos realizados se realiza de forma tardía. «Continuamos teniendo un problema de visibilidad, aunque cada vez se trata más el tema del VIH», asegura Iniesta. «Debemos avanzar hacia estrategias más innovadoras, que permitan ser más eficientes y, por supuesto, hablar más de prevención», afirma Río. «Un diagnóstico tarde significa que la infección ha avanzado y la huella que deja en el sistema inmunológico es importante», añade Ezequiel Ruiz-Mateos.

La discriminación es uno de los retos, pero avanzar en el diagnóstico precoz es otro de los grandes obstáculos que hay que solventar. Pero tampoco, recuerda Velayos, hay que olvidar los derechos humanos, porque de los 39,9 millones de personas que viven con el VIH, 9,3 millones aún no tienen acceso a un tratamiento que podría salvarles la vida.