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Tres médicos tratan a un enfermo de ébola en la región de Beni. John Wessels (Afp)
Aumentan a 44 los muertos por el último brote de ébola en República Democrática del Congo

Aumentan a 44 los muertos por el último brote de ébola en República Democrática del Congo

La OMS teme que al menos 1.500 personas puedan haber estado expuestas al virus en Kivu Norte

Europa press

Madrid

Viernes, 17 de agosto 2018, 16:24

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El nuevo brote de ébola declarado en República Democrática del Congo (RDC) y que afecta a dos provincias del este del país deja hasta el momento 44 muertos y 78 casos confirmados y posibles, según el último balance ofrecido por el Ministerio de Salud congoleño.

Las autoridades congoleñas anunciaron el pasado 1 de agosto un nuevo brote de la virulenta enfermedad en la localidad de Mangina, en la provincia de Kivu Norte, y desde entonces se ha confirmado la propagación del virus a la vecina provincia de Ituri. Desde el 8 de agosto, está en marcha una campaña de vacunación contra el ébola para frenar la propagación de la enfermedad.

Por su parte, Médicos Sin Fronteras (MSF) cuenta desde este martes con un centro de tratamiento en Mangina, la localidad considerada epicentro del último brote. En total, hay 37 pacientes hospitalizados en el centro, a 31 de los cuales se ha confirmado como infectados por el virus. «Entre nuestros pacientes tenemos a varios colegas del servicio de salud congoleño en la zona», ha explicado en un comunicado la coordinadora de programas de emergencia de MSF, Gwenola Seroux. «Fueron los primeros en responder y algunos se vieron expuestos al virus», ha precisado.

Por otra parte, en la vecina provincia de Ituri, MSF está trabajando en la carretera entre Mambasa y Makeke, en la frontera de Kivu Norte, visitando centros de salud para establecer salas de aislamiento en caso de necesidad, iniciar actividades de vigilancia y trabajar con sanitarios de la comunidad para alertar sobre el ébola. MSF ha subrayado que Kivu Norte «es una de las zonas más inestables de la región» y «el conflicto en curso y la fuerte intervención militar han tenido como resultado un alto número de desplazamientos, lo que empeora el problema crónico del acceso limitado a atención sanitaria».

El hecho de que «se pueden producir grandes movimientos de población de forma repentina en respuesta a un brote de violencia» puede tener un impacto en la respuesta humanitaria al brote de ébola, ya que complican el acceso a zonas remotas para hacer seguimiento de los posibles contactos con contagiados así como para realizar tareas de sensibilización y vigilancia, ha subrayado la ONG.

El brote no se puede controlar en las zonas más violentas

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha informado este viernes de que al menos 1.500 personas han estado potencialmente expuestas al mortal virus en la región de Kivu Norte, donde el conflicto armado entre el Ejército y varios grupos rebeldes ha impedido que los trabajadores humanitarios lleguen a algunas zonas afectadas.

Dada la violencia reinante, la OMS teme una expansión del brote por falta de atención médica y la ausencia de intervenciones de cuarentena. Hasta el momento más de 500 personas, entre ellas cooperantes y médicos, han sido vacunadas para protegerse del brote.

La agencia de la ONU también ha manifestado su malestar ante la lentitud de la identificación de todas las cadenas de transmisión, que ha impedido estudiar el brote en toda su extensión. «Todavía no tenemos una imagen epidemiológica completa. Lo peor son estos 'puntos ciegos', que desconocemos por motivos de seguridad, donde la epidemia podría afianzarse», según el portavoz de la OMS en Ginebra, Tarik Jasarevic.

«Esperamos ver más casos como resultado de infecciones anteriores, que podrían acabar transformándose en enfermedades», ha añadido. Para intentar acelerar en la medida de lo posible el procedimiento, la OMS ha desplegado a más de 100 expertos, incluidos epidemiólogos, en las ciudades de Beni y Mangina, para supervisar el rastreo, la vacunación y los entierros seguros.

Sin embargo, estos equipos no pueden cruzar las líneas de seguridad trazadas por la ONU cerca precisamente de Mangina, epicentro de este brote. «Cuando se toman decisiones, la prioridad es la seguridad de todos los equipos que responden», ha indicado el portavoz.

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