Edición

Borrar
Fábrica de mascarillas. Foto: Afp | Vídeo: EP

China cree que la incubación del coronavirus alcanza los 24 días

El país asiático, donde este lunes fracasó la vuelta a la actividad laboral, descarta por el momento un cambio en la duración de las cuarentenas | La cifra de muertos ya supera el millar

Zigor Aldama

Shanghái

Martes, 11 de febrero 2020, 00:12

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Después de dos extensiones, las vacaciones por el Año Nuevo Lunar concluyeron este lunes en China para gran parte de la población. No obstante, muchas empresas siguieron las recomendaciones de las Autoridades y pidieron a los empleados que pueden trabajar desde sus casas que no acudan a su puesto hasta mediados de mes. El Gobierno quiere propiciar así un regreso escalonado de los 400 millones de migrantes rurales que engrasan la fábrica del mundo y que podrían propagar todavía más el coronavirus 2019-nCoV en su reincorporación al trabajo.

No obstante, el miedo continúa haciendo mella y la mayoría de las grandes ciudades de la segunda potencia mundial amanecieron con muy poca actividad. Aunque el tráfico de superficie y el número de pasajeros de metro fueron sensiblemente mayores que en días anteriores, ambas variables quedaron muy lejos de las que se suelen registrar en una jornada normal, un hecho que hace temer por la economía del gigante asiático. Además, los centros educativos continuarán cerrados hasta próximo aviso, y la mayoría de ferias y de eventos deportivos y de ocio han sido cancelados hasta abril.

Pero Pekín no quiere correr riesgos. Aunque el incremento de nuevos contagios se mantiene estable, la lista de fallecidos continúa aumentando a mayor ritmo: el lunes el coronavirus mató a 102 personas más, elevando el total a 1.018, de las que 1.016 han fallecido en China. Y 6.484 personas se encuentran en estado crítico. Afortunadamente, el grupo de quienes han superado la infección crece a más velocidad y anoche se situó en 3.551 personas.

Aunque no hay muchas razones para el optimismo. Por si fuese poco, el especialista Zhong Nanshan, que dirige las operaciones para combatir la epidemia, admitió que el periodo de incubación del 2019-nCoV podría ser más largo de lo esperado: 24 días en vez de dos semanas. Sin embargo, China no ha anunciado ningún cambio en las órdenes de cuarentena, que continúan siendo de 14 días. Por su parte, el Reino Unido cuenta ya con ocho casos positivos en su territorio y emitió un comunicado en el que considera al coronavirus una amenaza «seria e inminente» para la salud pública.

En cualquier caso, la consigna del Gobierno chino es mantener la calma. Y para dar la sensación de que el Ejecutivo central ha tomado las riendas de la guerra contra el coronavirus, este lunes reapareció el presidente, Xi Jinping, que llevaba fuera del foco informativo un par de semanas, y visitó un barrio de la capital, Pekín. Protegido con una mascarilla que, supuestamente, no sirve para evitar el contagio, Xi se tomó la temperatura como un ciudadano más y saludó a los vecinos en un breve vídeo propagandístico emitido por la cadena nacional CCTV.

Tras haber tardado en reaccionar, el gobierno chino lanzó un gran campaña de propaganda contra el nuevo coronavirus, con mensajes y eslóganes en las calles para movilizar a los miles de millones de chinos aterrorizados. En la radio y la televisión, se repiten los mismos mensajes: «No salgan, no abran las ventana, lávense bien las manos, usen máscara», repiten los medios oficiales, que declararon una «guerra popular» contra la epidemia. «Alcemos la bandera de Partido frente a la epidemia», reza otro eslógan en Zhejiang, una provincia del este del país muy afectada por el virus.

En Hubei, los mensajes son amenazadores contra los posibles contagiados. «Los que no declaran su fiebre son enemigos», dice una banderola en un edificio en Yunmeng, un distrito de Hubei. En este mismo distrito, puesto en cuarentena, otro mensaje busca infundir miedo: «Visitarse es matarse unos a otros. Reunirse es correr hacia el suicidio». Los habitantes de Hubei se han convertido en sospechosos.

Mascarillas del escándalo

Las matemáticas nunca engañan, y los números no cuadran: en China viven 1.400 millones de personas, y todas quieren una mascarilla para protegerse del coronavirus. Pero el país tiene capacidad para fabricar 20 millones al día y, debido a las restricciones impuestas a la libertad de movimientos en numerosos lugares, la producción se encuentra al 76%.

Así que las mascarillas 'han volado' incluso de las farmacias del resto del mundo, y gente sin escrúpulos, no contenta con el gran incremento de su precio, ha descubierto un negocio tan bueno como ilícito: vender mascarillas falsas -fabricadas con tejido que no cumple las normativas- o reutilizadas.

La policía de Pekín anunció este lunes que ya ha detenido a 29 personas relacionadas con seis casos, y que, en solo uno de ellos, confiscó 170.000 mascarillas a una banda que se dedicaba a fabricar productos de pésima calidad. También pidió la colaboración ciudadana para identificar a quienes las comercializan, que normalmente utilizan la aplicación WeChat -similar a whatsapp- para encontrar compradores. Las autoridades temen que haya quien se sienta protegido por la mascarilla y se convierta en un peligro para la salud pública.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios