Los recortes de plantilla de la banca española

Los ajustes de personal de las entidades no ha sido mayor que el de otros trimestres similares de los últimos ejercicios, al haberse registrado un descenso medio que ha llegado a alcanzar el 3% en algunos periodos. Al finalizar el segundo trimestre las 11 corporaciones con mayor volumen de negocio (Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell, Bankia, Bankinter, Liberbank, Unicaja, Ibercaja, Abanca y Kutxabank) contaban con 159.652 empleados, frente a los 160.998 de finales de 2018.

 La particularidad del momento que vive cada firma explica a qué se deben estos movimientos en los dos primeros trimestres del año. Por ejemplo, el banco que más ha visto reducir su plantilla ha sido Santander, con unos 1.600 empleados menos cuando finalizaba junio que a principios de enero. Este descenso se debe fundamentalmente a que el negocio de Opebank -el banco digital del grupo- ya no forma parte de la estructura del banco en España, como hasta ahora, sino que se ha integrado en Santander Global Platform (SGP), una nueva división ligada al mundo digital.

in embargo, el Santander no ha incluido aún en los datos de las cuentas presentadas ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) el impacto del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) pactado a finales de junio con los sindicatos para completar la integración definitiva del Banco Popular, adquirido hace ahora dos años. Ese ERE prevé la salida de 3.223 empleados. Hasta mediados de año, el grupo contaba con 30.682 empleados en su plantilla, con lo que el efecto del ERE supondrá una reducción del 10%. El importe que la corporación prevé destinar a este fin se encuentra en el entorno de los 600 millones de euros. Por ahora, está abierto el plazo de adhesión voluntaria y será en el último trimestre cuando se completen las salidas con la correspondiente reducción de su estructura laboral.

En el mismo caso se encuentra CaixaBank, que con 32.680 empleados es el banco con la mayor plantilla de toda España. El ERE -acordado en mayo- supondrá la salida de 2.023 trabajadores (un 6% del total) previsiblemente también antes de final de año, con un coste de casi 900 millones. En el primer semestre, el número de empleados ha subido en 128, a la espera del ajuste en la segunda mitad del año.

Junto esta entidad, otras también han visto incrementadas mínimamente sus plantillas como consecuencia de los movimientos habituales que se dan en el sector de bajas -fundamentalmente jubilaciones- frente a altas -sobre todo perfiles 'junior' más tecnológicos-, como ha ocurrido en Bankia (con 138 trabajadores más en el semestre), Ibercaja (44) o Abanca (310). También destaca el caso de Bankinter, cuya plantilla se ha ampliado en 531 empleados, aunque se debe a la incorporación de los negocios de Evo Banco y la filial irlandesa de crédito al consumo Avantcard, en mayo.

En el caso de la banca con mayores descensos de plantilla en lo que va de año han sido Sabadell (con 616 menos), Unicaja (117), BBVA (63) y Liberbank (31).

Mientras que los movimientos en las plantillas no han ido en una sola dirección, la de pérdidas de puestos de trabajo, en el primer semestre, los del número de oficinas que componen la red sí ha derivado por ese único camino. Todas las firmas han cerrado sucursales. A finales de junio contaban con 20.405 sedes comerciales, frente a las 20.932 de finales de 2018.

En términos proporcionales, las mayores clausuras se han registrado en Liberbank, con un 7,5% menos de red, y Unicaja, con un descenso superior al 4%. Estas dos firmas fueron las que rompieron las negociaciones que habían iniciado a finales del año pasado para integrarse en un proceso que finalmente no llegó a buen puerto. En números absolutos son las grandes corporaciones las que más oficinas han cerrado, como CaixaBank (178 menos), Santander (119) y BBVA (107).