La Organización de Estados Iberoamericanos, Premio Princesa de Asturias de Cooperación

En su haber, hacer que la cooperación suceda. O como ellos mismos se cuentan: ser «el mayor organismo de cooperación multilateral entre países iberoamericanos de habla española y portuguesa, con más de 3.900 personas trabajando por Iberoamérica, repartidas físicamente por 20 países de la región». Trabajando desde una perspectiva clara que coloca la educación, la ciencia y la cultura como herramientas fundamental del desarrollo humano. Su búsqueda de un futuro mejor se hace mano con los gobiernos de los 23 países miembros, que son Andorra, Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, España, Guatemala, Guinea Ecuatorial, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Portugal, República Dominicana, Uruguay y Venezuela.

Con su secretaría general en Madrid, cuenta con 19 oficinas nacionalidades una entidad cuyo trabajo se articula en cinco áreas: educación, ciencia, cultura, lenguas y derechos humanos.

Son en la actualidad 265 los programas activos que llegan a más de 21 millones de beneficiarios. Pero vamos con algunos ejemplos concretos. Más Mujer en Ciencia, por ejemplo, promueve vocaciones científicas y de investigación entre niñas y adolescentes de 10 a 16 años, a la vez que visibiliza el trabajo de investigadoras y científicas uruguayas. El programa Paulo Freire, que se desarrolla en diferentes países, pretende financiar becas doctorales a alumnos y profesores universitario. El plan para la atender a la primera infancia busca llegar a niños y niñas que viven en situación de vulnerabilidad para reducir tempranamente las desigualdades y avanzar hacia sociedades más jutas e integradas. Concursos para promocionar la lectura, premios, jornadas... Son múltiples las intervenciones formativas y educativas de una organización que también cuenta con sus propias publicaciones, que promueve becas y que busca siempre las alianzas con distintas organizaciones para crecer.

Unos 500 expertos y más de tres mil colaboradores de un lado y otro del Atlántico se unen, liderados por el pedagogo español Mariano Jabonero, al frente de la secretaría general, en este afán de hacer una Iberoamérica mejor.

Decía precisamente Jabonero en una reciente entrevista que la organización ha pasado con creces su mayoría de edad al haberse convertido en organismo observador de la Asamblea General de las Naciones Unidas y representar a toda América Latina en el Comité de Alta Dirección del ODS número 4 de la Agenda 2030. E incidía en la importancia de las políticas de mejora de la calidad educativa. «Una de ellas, la más clásica, es la formación de profesorado. Trabajamos en formación continua formando a miles de docente», anotaba. La segunda, la creación de contenidos educativos. «El mundo de los contenidos educativos ha sido un mundo que ha estado reservado al libro de texto prescrito por las editoriales o los propios ministerios de educación, pero creemos que esto ya está desapareciendo, en buena parte por la irrupción del mundo digital. En este momento, tenemos una gran capacidad para producir contenidos digitales y para una gestión digital de conocimiento», aseguraba.