Señalan a British Airways por practicar fuel tanking
Aerolíneas europeas programan vuelos sin repostar en las escalas para ahorrar costes en el precio del carburante. A cambio, disparan las emisiones de CO2
SUSANA ZAMORA
Martes, 12 de noviembre 2019, 01:42
El transporte aéreo lleva meses en el punto de mira. Contamina demasiado. Entre 1990 y 2010 se duplicó el número de vuelos en todo el ... mundo gracias a la irrupción del 'low cost', al tiempo que sus emisiones aumentaban un 70%. Para los próximos veinte años, las perspectivas no son mucho más halagüeñas. Por eso, movimientos como el Flygskam (vergüenza de volar, en lengua sueca), el No Fly (no volar) o el más comprometido Stay Grounded (quedarse en tierra) ganan cada día más adeptos gracias a las redes sociales y a figuras como Greta Thunberg, la activista adolescente sueca que pelea contra el cambio climático y cuya popularidad se extiende por todo el planeta. Todos ellos proponen dejar de utilizar el avión como medio de transporte salvo que sea realmente necesario.
Al mismo tiempo, varios países han tomado ya iniciativas para limitar la huella contaminante de la aviación (emite hasta 20 veces más de CO2 por kilómetro y pasajero que el tren, según la Agencia Europea del Medio Ambiente). Holanda lidera a los partidarios de crear nuevos impuestos, en Francia se ha iniciado un debate sobre si se deben prohibir los trayectos cortos para los que haya alternativa en tren y los principales representantes de la Comisión Europea son favorables a imponer tasas ecológicas a las compañías.
Y en mitad de este controvertido debate, en el que el sector del transporte aéreo ha tratado de defenderse mostrando su compromiso a reducir las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera, una investigación en el Reino Unido ha venido a echar más leña al fuego y avivar una polémica ya de por sí encendida.
Las aerolíneas han quedado retratadas después de que la BBC haya revelado que British Airways llena al máximo los tanques de sus aviones, antes de iniciar sus rutas, para que tengan combustible suficiente para ir y volver y así ahorrarse el repostaje en el aeropuerto de destino. Tras la filtración realizada por un trabajador, que ha supuesto todo un escándalo en Reino Unido, la aerolínea se ha visto obligada a reconocer esta mala praxis, conocida como 'fuel tanking', que ahorra dinero pero dispara las emisiones de CO2.
Los resultados hablan por sí solos: frente al ahorro de apenas once euros por vuelo, la aerolínea generó 18.000 toneladas adicionales de dióxido de carbono el pasado año. Solo en Europa, esta práctica podría generar al año emisiones extraordinarias de gases de efecto invernadero equivalentes a las producidas por una ciudad de 100.000 personas. Willie Walsh, director ejecutivo de la empresa matriz de British Airways, IAG, se defiende y admite que el uso de esta estrategia quizá no ha sido «muy acertado», pero justifica la medida por razones operativas y de seguridad, ya que «ayuda» a que los aviones puedan regresar rápidamente a su aeropuerto base.
La noticia no ha pillado por sorpresa a Ecologistas en Acción. «Esta práctica es un ejemplo de la falta de conciencia y de lo poco que podemos confiar en la industria, que se le llena la boca con las medidas que está tomando para reducir la contaminación pero, luego, lo que realmente le interesa es seguir ganando dinero», denuncia Nuria Blázquez, coordinadora de Transporte de esta ONG. En esa misma línea se ha pronunciado también John Sauven, director ejecutivo de Greenpeace en Reino Unido, quien asegura que estos protocolos son «el clásico ejemplo de una compañía que antepone las ganancias a la salud del planeta».
Pese a que la propia Bristish Airways se jacta de imprimir las revistas de sus aviones en papel más ligero para minimizar el peso y reducir así el consumo de combustible, la investigación ha puesto sobre la mesa documentos internos de la compañía que constatan que ha llegado a cargar hasta seis toneladas extra de combustible en un vuelo. Y no es la única. También Easyjet habría apostado por esta fórmula ante la disparidad de precios del combustible que presentan los aeropuertos europeos.
Cálculo de costes
Portavoces de British Airways explican que la compañía, al igual que otras aerolíneas que realizan rutas de corta distancia en Europa, tiene un software que calcula si se pueden ahorrar costes transportando el combustible necesario para el regreso. Si lo hay, las tripulaciones cargan el queroseno extra. Uno de los ejemplos revelados por la BBC se refiere a las tres toneladas de carburante adicional que cargó British Airways para realizar un trayecto a Italia. Denuncian que este sobrepeso se tradujo en más de 600 kilos de dióxido de carbono extra, que es igual a las emisiones de las que una persona es responsable en un vuelo de regreso a Nueva York. «Lo más triste es que solo se ahorraron 46 euros», revelan.
Aunque por el momento no hay una alternativa 'verde' al transporte aéreo como en el caso de los coches eléctricos, Nuria Blázquez sí apuesta, al menos, por un impuesto al queroseno, «ya que la exención de impuestos (no pagan IVA ni impuestos al combustible y recibe subvenciones) a la industria incentiva volar cada vez más». Desde Ecologistas en Acción aseguran que hoy por hoy la mejor forma de contribuir a evitar esta fuente de polución sería volando menos, «pero eso requiere de cambios de hábitos y organización».
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