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Picasso sigue pintando: así es como prosigue su legado

La Tate Modern elige al genio malagueño para hacer la primera exposición individual de la historia del museo londinense, bajo el título de 'Picasso 1932: Amor, fama y tragedia'

PEDRO LUIS GÓMEZ

Miércoles, 30 de mayo 2018, 02:59

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La Tate Modern ha elegido a Picasso para hacer la primera exposición individual de su historia. Uno de los iconos del arte moderno en Europa ... ha mirado hacia el genio malagueño para mostrar al mundo lo que puede significar alguien que rompe todos los cánones establecidos. 'Picasso 1932: Amor, fama y tragedia' llena no sólo de público el magnífico espacio artístico británico, sino que ha desatado infinidad de versiones de lo que ese año significó para el artista. Es la misma historia de Picasso: incógnita, controversia, admiración, expectación y misterio. Esta misma muestra llenó el Museo Nacional de París, y ahora lo hace en la Tate Modern, que a 22 libras la entrada llena no sólo las diez salas en la que acoge las más de 100 obras expuestas entre óleos, dibujos y esculturas, sino también sus arcas. Y es que se puede decir que Picasso se reinventa ese año. El genio viene de una época de inseguridades, y en un momento determinado se da cuenta de que la transgresión, lo oculto, lo mundano es lo que le sirve también para cambiar la forma de entender su arte ante el mundo. Juega con sus sensaciones, pero también con sus emociones, y sobre todo juega con su musa, Marie Thérèse Walter, quien aunque lleva con él varios años como amante, es en esa época cuando lo llena plena, sensual y sexualmente. Es el Picasso que encuentra la explicación al goce y al sufrimiento de los místicos de la Iglesia, el Pablo Picasso que renueva sus relaciones con el arte, pero también con lo carnal, con el sexo y con la vida. Tiene 51 años y renace a la vida, y en el castillo de Boisgeloup, en el que compone gran cantidad de obra, se da cuenta de que la miseria y la falta de medios encienden la mecha de la creación. En Boisgeloup, Picasso convive con Marie Thérèse sin luz, sin agua, casi sin nada... Y allí se pone a hacer esculturas, y las formas se recrean más que nunca con el tacto, y crea, desde su propio instinto. Por eso sus cuadros están repletos de sensualidad y sexualidad. Es Picasso en su gran esencia, el Picasso serio y el burlón, el transgresor y el genio... Es dios, en una palabra, porque hace y deshace a su antojo y el mundo se rinde a sus pies. Es 1932 un año de 'renacimiento' picassiano, con casi 400 obras de producción en ese corto y fecundo periodo, pero también es el año en el que vuelve a sentir la llamada de la inspiración, en el que se convierte ya en multimillonario ( y lo sabe y lo disfruta...). El amor está en su musa Marie Thérèse. Y la tragedia viene no sólo por los acontecimientos que comienzan a nacer en Alemania, a la sombra del nazismo, sino también por su propia lucha interior. Es el Picasso que para crear rompe a la vez, que construye y destruye. El punto de encuentro del mundo desordenado en el que manda más que nadie... Es, simplemente, Pablo Picasso.

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