Las personas que han pasado la covid-19 podrían tener anticuerpos de por vida

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Los científicos que desarrollaron la investigación analizaron una muestra de 77 pacientes que pasaron la infección, en su mayoría con cuadros leves, lo que les permitió observar que los anticuerpos contra la covid-19 decaen «rápidamente en los cuatro primeros meses» tras el contagio. No obstante, a partir de ese límite, la disminución se ralentizó y se mostró «más gradual durante los siguientes siete meses, permaneciendo detectables, al menos, once meses después». Ello demuestra que la inmunidad producida por la infección será «extraordinariamente duradera».

El inmunólogo Menno van Zelm, de la Universidad de Monash de Melbourne, afirma en la citada revista que esta evidencia supone que las vacunas «tendrán los mismos efectos duraderos». Para encontrar la fuente de los anticuerpos detectados, el equipo liderado por Ellebedy recopiló células B de memoria y médula ósea de 18 de los participantes. La mayoría todavía presentaba estas primeras células capaces de reconocer la covid-19 siete meses después de desarrollar los síntomas y, de ellos, 15 presentaban en sus muestras de médula ósea una cantidad «muy baja pero detectable» de células de larga vida.

Estas no se detectaron en las muestras de once pacientes sanos sin antecedentes de coronavirus. «Mostramos que la infección por SARS-CoV-2 induce una sólida respuesta inmune humoral específica de antígeno y de larga duración en humanos», resuelven los científicos. Los investigadores también han encontrado «señales tempranas» de que la vacuna desarrollada por Pfizer y BioNTech provoca la producción de estas células de larga vida. No obstante, la persistencia de la capacidad de producir anticuerpos no asegura una inmunidad duradera contra la enfermedad. Según Ellebedy, estos hallazgos no descartan la necesidad de una dosis de refuerzo de los fármacos que se están inoculando, en especial debido a la aparición de nuevas variantes del coronavirus.