El pediatra Carlos González aclara cuánto deben comer los niños: «Hay padres que se obsesionan»
El médico aclara que es contraproducente ceñirse a cantidades concretas de comida, al igual que sucede con las horas de sueño
La mayoría de padres coinciden en que tener hijos es una de las sensaciones más satisfactorias que se pueden experimentar en la vida. Sin embargo, ... criarlos no siempre resulta fácil. Se trata de un camino lleno de emociones intensas y que pone a los progenitores ante una gran cantidad de decisiones que pueden acabar teniendo una gran importancia en el futuro de sus hijos.
Ante esta situación, son muchos los padres que buscan la máxima información posible en manuales, libros e internet. Un exceso de información que en ocasiones no siempre resulta beneficioso, ya que seguir todas esas recomendaciones al pie de la letra no siempre es posible. Y el motivo de que sea así es simple: no todos los niños son iguales. Por ello, lo que funciona en un caso no tiene por qué funcionar bien en otro.
Eso es precisamente lo que defiende el pediatra Carlos González, conocido por transmitir sus conocimientos sobre la crianza en redes sociales a través de su cuenta de Instagram. Y recientemente ha hablado sobre la alimentación de los pequeños en una entrevista para La Vanguardia en la que ha dejado claro que con los niños las fórmulas perfectas no existen.
«Hay padres que llegan a obsesionarse y a forzar al niño para que coma exactamente esa cantidad»
Carlos González
Pediatra
Según comenta el pediatra, hay muchos padres que se obsesionan con la cantidad de comida que deben ingerir sus hijos en edades muy tempranas. Para González esto es un error, no teniendo sentido obsesionarse con la cantidad específica de alimento que deben consumir los niños ni el número de horas exactas que deben dormir.
«Un niño tiene que comer lo que tenga hambre, pero mucha gente prefiere que le digan que tiene que comer 83 gramos de pollo», comenta el pediatra, que aclara que cuando un médico da una cifra exacta la mayoría de gente la considera como algo «obligatorio», pensando que si come 60 gramos en vez de 65 ya «está mal». «Esto es contraproducente porque hay padres que llegan a obsesionarse y a forzar al niño para que coma exactamente esa cantidad, lo cual es un sufrimiento para toda la familia», explica.
Y esto es algo que puede aplicarse a otros aspectos, ya que muchos padres para no equivocarse buscan respuestas para todo: cuántas siestas debe dormir, cuándo deben durar… Pero la realidad es que, según aclara González, no existe una cifra mágica y universal para todos los niños. De hecho, el pediatra anima los padres a «poner los pies en la tierra» y no buscar verdades universales para todo, sino adaptarse a los ritmos y necesidades de sus hijos e ir aprendiendo cada día con errores y aciertos.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión