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Condenado a 29 años de cárcel por matar a su expareja de una paliza «inhumana»

La Audiencia de Madrid califica el hecho de «atroz» y de una «saña bárbara» que provocó en la víctima un dolor «gratuito» y «desproporcionado»

efe

Madrid

Miércoles, 18 de abril 2018, 17:18

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La Audiencia de Madrid ha condenado a Raúl G. G. a un total de 29 años de prisión por matar a su expareja en noviembre de 2013 en Torrelaguna (Madrid) de una paliza que el tribunal ha calificado de «atroz», «inhumana», de una «saña bárbara» y que provocó en la víctima un dolor «desproporcionado» y «gratuito».

Según la sentencia , la Audiencia condena al procesado a 25 años de prisión por un delito de asesinato con agravante de parentesco, un año por quebrantamiento de orden de alejamiento con agravante de reincidencia -se trata de la tercera vez que lo comete- y 3 años por lesiones, pues también agredió a un amigo de la víctima que trató de defenderla.

Raúl G.G. fue declarado culpable de estos hechos por unanimidad por un jurado y el presidente de la sala, Eduardo Jiménez-Clavería, ha traducido este veredicto en una condena de 29 años de cárcel. El tribunal considera probado que la noche del 23 de noviembre de 2013, Raúl G.G. acudió a la puerta de un pub que frecuentaba su expareja en Torrelaguna, donde tuvieron una breve conversación en la que ella le dijo que se fuera, aludiendo a la orden de alejamiento cautelar que pesaba sobre él desde mayo de ese año, la tercera en cinco años.

«Yo voy a ir a la cárcel, pero antes te voy a matar»

Tras el encuentro, la víctima, asustada, pidió a dos amigos que la acompañaran a su casa y ambos, tras acompañarla a su coche, la siguieron en otro para asegurarse de que llegaba sana y salva. Una vez en la puerta de la casa, los dos hombres se extrañaron de no recibir señales de que su amiga había llegado correctamente, tal y como habían quedado, por lo que uno de ellos entró al patio interior del bloque de pisos, donde encontró el coche de ella, con las luces puestas y dos personas forcejeando en el interior.

Cuando el amigo de la víctima la escuchó gritar «ayúdame, me va a matar», llamó la atención del agresor, que salió, se abalanzó sobre él y le dio varios puñetazos en hombro, cabeza y oídos, dejándole incapacitado para seguir ayudando a su amiga. Fue entonces cuando Raúl G.G. propinó a la víctima la paliza mortal mientras decía: «Yo voy a ir a la cárcel, pero antes te voy a matar».

Cerca de las tres de la mañana, el propio autor del asesinato llamó al 112 y abandonó posteriormente el lugar de los hechos, dejando a su víctima postrada en el suelo, «con la cara totalmente desfigurada, en un gran charco de sangre», según reza la sentencia. Veinte minutos más tarde, fue detenido por la Guardia Civil en los alrededores.

«Alevosía y ensañamiento»

La sentencia destaca la «innecesariedad del padecimiento» que Raúl provocó a su víctima, produciéndole heridas que buscaban causar «un dolor importante y gratuito», razones por las cuales el tribunal aprecia alevosía y ensañamiento en la agresión. Por todo ello, la sección 26 de la Audiencia condena a Raúl G. G. a 29 años de prisión y al pago de 35.000 euros para cada uno de los padres de la víctima y 180.000 euros para cada uno de los dos hijos de ella, ambos menores.

Uno de estos hijos es fruto de la relación de Raúl con la asesinada y también se ha acordado la privación total de su patria potestad, pues el tribunal considera al condenado «indigno» de ella, ya que «es difícil imaginar un más grave incumplimiento del deber como padre que el severo intento de asesinar a una madre».

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