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Keith Cutler es magistrado residente en las ciudades inglesas de Winchester y Salisbury. EPA
Un juez, convocado como parte de un jurado popular de su propio caso

Un juez, convocado como parte de un jurado popular de su propio caso

Le convocan para integrar un jurado popular en un caso que preside como juez en Salisbury y rechazan su recurso: «Su excusa no tiene suficiente peso para eximirlo de la obligación». Le costó librarse

SUSANA ZAMORA

Martes, 23 de abril 2019, 01:23

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Su asombro inicial al ser convocado para formar parte de un jurado popular el próximo 23 de abril viró en cuestión de horas a una gran indignación cuando, con todos los argumentos en su mano, le fue denegado el recurso que interpuso ante las autoridades por incompatibilidad. La excusa no era, en absoluto, endeble. Se trataba del propio juez del caso. A Keith Cutler, magistrado residente de las ciudades inglesas de Winchester y Salisbury desde 2009, la noticia le cogió por sorpresa. Pensó que sería un error burocrático y que, aclarada la situación, las aguas volverían a su cauce. Se equivocó.

De inmediato, escribió una carta al Tribunal Supremo de Salisbury alegando que estaba en la lista de jueces que llevarían la causa y, por tanto, que su situación era especialmente comprometida. Sin embargo, lo que inicialmente parecía un puro trámite se acabó complicando al recibir una desestimación por respuesta: «Ni sus explicaciones ni la excusa que expone tienen el suficiente peso para eximirlo de ser jurado», esgrimió la autoridad judicial.

Cutler no daba crédito. Tenía la razón de su parte, pero parecía insuficiente. Decidió llamar a otra puerta. En esta ocasión, se dirigió directamente a la Oficina Central de Convocatoria del Jurado. «Les expliqué que sería inapropiado formar parte de un jurado en un caso del que conozco hasta el último detalle y tengo acceso a toda la documentación, pero me replicaron que mi recurso ya había sido rechazado y que si quería seguir peleando debía hacerlo ante el juez residente. ¿El juez residente? Pero si soy yo mismo», ironiza.

En el Reino Unido, los magistrados están legalmente obligados a integrar un jurado popular si así son requeridos (salvo los diplomáticos, que pueden librarse de esa obligación en Inglaterra y Gales) después de que, este mismo mes, entrara en vigor una nueva ley concebida para acabar con la «exclusión voluntaria de la clase media» para participar en esta institución. Los profesionales que con anterioridad estaban exentos automáticamente, como policías, jueces, abogados, médicos y miembros del clero, ahora deben prestar servicio, a menos que puedan demostrar que hay «buenas razones» para ser excusados.

Fue lo que ocurrió finalmente con el juez Cutler, quien logró aclarar el entuerto y administrar justicia en calidad de juez y no de jurado. «La expectativa normal es que todos los llamados para conformar un jurado popular presten servicio. Sin embargo, se reconoce la posibilidad de que una persona pueda declinar su participación» si la causa está suficientemente razonada, detalla en una guía el Departamento de Justicia.

Tras lo sucedido, Cutler recordó las veces que había compartido con sus allegados su deseo de participar como jurado en un proceso para comprender qué se siente al otro lado del estrado. El magistrado realizó estas declaraciones tiempo después de que fuera acusado de mala praxis.

En el punto de mira

La madre de Mark Duggan, un joven británico de 29 años que murió por el disparo de un agente en el pecho en Tottenham, lo que desencadenó una oleada de disturbios en Londres y varias ciudades inglesas en agosto de 2011, presentó una demanda contra el juez Cutler, que presidió la investigación sobre la muerte de su hijo, después de que un jurado concluyera que la Policía había actuado correctamente. Ocho de los diez miembros de aquel jurado determinaron que Duggan no llevaba un arma en la mano cuando recibió el impacto mortal, pero todos ellos estuvieron de acuerdo en que no hubo negligencia policial, al entender que el agente tuvo razones para pensar que sí la portaba.

El caso levantó gran expectación y durante los tres años que tardó en resolverse fue especialmente mediático. También lo fue el juez Cutler, que, tras la demanda de los familiares del joven, permaneció en el punto de mira durante meses. Ahora salta de nuevo a la actualidad, convertido en noticia por un lío administrativo.

Desde que 'The Times' recogiera el incidente, toda la prensa británica se ha hecho eco de la tozuda realidad burocrática del país y ha reabierto el debate sobre si es adecuado que profesionales de la Justicia deban formar parte de jurados populares. Algunos jueces de Primera Instancia ya han advertido de los riesgos que se corren y temen que el conocimiento especializado de estos profesionales pueda dificultar que un acusado tenga un juicio justo. Controvertido o no, ignorar una citación judicial puede salir caro. Hasta mil euros de multa.

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