Inversión de 2.000 millones para que más dependientes reciban cuidados en su casa

Los destinatarios del plan son los aproximadamente cinco millones de mayores o discapacitados con algún grado de dependencia, los ciudadanos sin hogar (que viven en albergues o en la calle) y los menores inmigrantes bajo la tutela del Estado, colectivos que suman aproximadamente el 10% de la población española.

Es el primer plan operativo para desplegar la Estrategia Estatal para el Nuevo Modelo de Cuidados, aprobada en junio por el Consejo de Ministros, y que se marca como objetivo dar un vuelco al sistema de atención a la dependencia en España para 2030, consiguiendo que la atención personalizada y a domicilio de los ciudadanos con algún grado de necesidad de ayuda sea la norma y que su ingreso en residencias o centros tutelados sea la excepción.

La estrategia, al tiempo que consolida para la mayoría una estructura de ayuda a domicilio próxima e individualizada, que se adapte al máximo a las necesidades de cada beneficio, busca también transformar el actual patrón de atención en grandes residencias, en las que hay ingresados 350.000 españoles, en un modelo de pequeños núcleos de convivencia imbricados en los entornos comunitarios de los usuarios, para que las personas que deban recurrir a estos centros no abandonen el contacto con sus vecindarios.

Uno de los elementos claves del plan para 2025 es potenciar el acceso de estos colectivos a una vivienda digna, accesible y adaptada, no solo para que los usuarios puedan recibir allí los apoyos necesarios sino también para prevenir la institucionalización, el recurso a la residencia. Así, gran parte de las actuaciones, según detalla el ministerio dirigido por Pablo Bustinduy, «van encaminadas a garantizar las condiciones que permiten a los dependientes quedarse en su hogar tanto tiempo como deseen o acceder a viviendas con apoyos comunitarios para seguir construyendo su proyecto de vida».

Las 695 medidas se agrupan en cinco líneas estratégicas. La primera, en la que se encuadran un tercio de las actuaciones, trata de prevenir las dinámicas personales y sociales que desembocan en el ingreso en residencias. Se concentra en facilitar el acceso a viviendas dignas, promocionar la salud y garantizar el acceso a servicios de proximidad y a la accesibilidad a edificios o documentos. Un ejemplo sería la creación de una red de 100 viviendas de titularidad pública de inserción social en Galicia, la oferta de vivienda en alquiler en Cataluña o las subvenciones para alquiler para jóvenes extutelados en Castilla-La Mancha.

Las 125 actuaciones del segundo eje buscan fomentar la participación activa de las personas dependientes en la toma de decisiones sobre sus vidas. La Comunidad Foral de Navarra, por ejemplo, incluirá a las personas con necesidades de apoyo y sus familiares en la elaboración de los planes individuales de atención y las ciudades de Ceuta y Melilla crearán consejos de participación infantil y adolescente.

El eje con más dotación, 687 millones, comprende 183 actuaciones para transformar los modelos de cuidados. Quiere revolucionar la formación de los profesionales y la gestión del sector. El objetivo es ofrecer a los profesionales las herramientas para que puedan personalizar los cuidados y fomentar la inclusión del beneficiario en la comunidad. Aragón ha creado la figura profesional del gestor de apoyos para la autonomía personal, para retrasar al máximo la institucionalización de los mayores o discapacitados o incluso evitarla, si así lo desea el interesado.

El cuarto eje es son servicios para la transición a la comunidad. Medidas para que las personas tengan alternativas dignas para vivir y ser cuidadas en su entorno residencial. Un ejemplo es la creación de centros multiservicios y centros para atención a la fragilidad y prevención de la dependencia en Asturias.

El quinto eje del plan son las reformas legales y administrativas y las acciones de coordinación institucional indispensables para poder ejecutar con éxito las medidas anteriores. Se prepara la modificación de la ley de dependencia y el desarrollo de un sistema de gobernanza y coordinación de la propia estrategia que fomente la participación de todos los agentes implicados.