Hallan a una mujer descuartizada con un hacha en Málaga

Los hechos han sucedido a primera hora de la mañana de este miércoles 23 de abril en la calle Proa, en la zona de Los Prados. Vecinos telefonearon a la sala del 092 de la Policía Local para alertar de que un hombre estaba entrando y saliendo de una vivienda armado con un hacha.

Al llegar, los agentes encontraron al individuo armado dentro de la vivienda, por lo que, tras asegurar la zona, pidieron la presencia del Grupo Operativo de Apoyo (GOA) de la Policía Local, que accedió al inmueble y redujo al sospechoso.

Los policías locales inspeccionaron la vivienda y, en la segunda planta, encontraron el cadáver desmembrado de una mujer. Aunque aún no ha sido identificado de forma fehaciente, todo apunta a que se trata de la madre del detenido, una mujer española de 68 años.

Fuentes cercanas al caso indicaron que el hombre tendría problemas psiquiátricos y de adicciones, y añadieron que se habían producido constantes actuaciones policiales por altercados protagonizados por el mismo individuo.

La mujer podría llevar más de un día muerta, aunque ese extremo tendrá que ser confirmado por la autopsia y la investigación policial, a cargo del Grupo de Homicidios.

El detenido había pasado varias estancias en prisión y no era raro que la Policía acudiera a la vivienda que compartía con su madre frecuentemente. Las voces eran «prácticamente diarias», cuentan sus vecinos, que reconocen haberse acostumbrado a vivir con ellas de fondo. Aunque ninguno de los dos hablaba demasiado con nadie, algunos de los residentes de la calle Proa aseguran que el hijo de la víctima, hace unos días, les pidió un hacha. «Decía que tenía que cortar unos palés».

Eran las nueve de la mañana cuando un vecino observó que el sospechoso «estaba pegando porrazos en la barandilla (situada junto a la puerta de su casa) con un hacha». A la mujer asesinada, apostilla, hacía al menos una semana que no la veía. Decidió levantar el teléfono y alertar a la Policía. A su llegada, los agentes hallaron en el interior de la casa el cadáver de la propietaria, que presentaba signos violentos, y a su hijo, con el arma blanca.

«Voy a matar a quien sea». «He estado mucho en la cárcel y me da igual». Estas son algunas de las frases que el sospechoso, según el testimonio de sus vecinos, solía vociferar. Y es que, al parecer, el sospechoso padecía problemas mentales. «Cualquier cosa era una pelea, si llegaba con la moto y ella tardaba un poco más en abrirle la puerta de la cochera, ya empezaba a decirle de todo», lamentan.

Pero, con el tiempo, aprendieron a hacerse los «sordos». «No hemos tenido la capacidad de denunciar lo que estaba pasando porque se peleaban pero a los tres días los veíamos juntos en la moto, tampoco imaginamos nunca que esto terminara esto así», explica una de las vecinas, con más de medio siglo en el barrio.