Guía completa con todas las mascarillas: qué tipos hay, normativas y cómo utilizarlas

Tal y como señala el documento '¿Qué debes tener en cuenta al comprar una mascarilla?' del Ministerio de Consumo, existen tres tipos:

- Higiénicas: cubren boca, nariz y barbilla y suelen estar compuestas por una o varias capas de material textil. Pueden ser reutilizables o de un solo uso.

- Quirúrgicas: diseñadas para filtrar el aire exhalado. Deben disponer de un mecanismo que permita ceñirla sobre la nariz, boca y barbilla. En función de su Eficacia de Filtración Bacteriana (EFB) son de tipo I o tipo II. Estas últimas pueden ser resistentes a salpicaduras si se denominan IIR.

- EPI (también llamadas autofiltrantes). Su finalidad es filtrar el aire para evitar la entrada de partículas contaminantes en el organismo. Según su eficacia de filtración pueden ser de tres tipos: FPP1, FPP2 y FFP3. Las que tienen filtros contra partículas se dividen en P1, P2 y P3. Algunas tienen válvula exhalatoria y otras no.

Según explica a IDEAL María Enríquez, enfermera experta en patologías respiratorias del Consejo General de Enfermería, hay que distinguir entre las mascarillas autofiltrantes, que filtran de fuera hacia adentro, y las quirúrgicas e higiénicas, que filtran de dentro para afuera.

«Como lo que se busca ahora en la población es una protección comunitaria, las que se recomienda que use la población en general son las quirúrgicas o las higiénicas, porque lo que se está intentando es que si una persona tose o estornuda libere las mínimas gotas al aire ambiente, de tal manera que evitemos que se pueda propagar», explica Enríquez. Las autofiltrantes, por el contrario, «las debería utilizar de manera prioritaria el personal sanitario que está más expuesto a procedimientos que tienen más riesgo».

Las mascarillas higiénicas y quirúrgicas sirven para proteger a los demás, mientras que las autofiltrantes sirven para protegerse a uno mismo. Si las autofiltrantes tienen válvula exhalatoria no sirven para proteger a los demás mientras que, si no la tienen, sí evitan el contagio. «Lo que permite esta válvula es que no se genere humedad dentro de la mascarilla, pero en el momento de pandemia que nos encontramos actualmente, no se recomienda usar ese tipo de válvula porque si tú eres un portador del virus y no lo sabes, puedes infectar el resto de la población», puntualiza Enríquez.

Cada uno de los tipos de mascarilla está regulado por un estándar de calidad UNE, aunque puede haber mascarillas que cumplan con otros controles .

Las mascarillas higiénicas están reguladas por varias especificaciones UNE. La 0064-1 regula las mascarillas no reutilizables para adultos, la UNE 0064-2 regula las no reutilizables para niños y la UNE 0065 las reutilizables. El Ministerio de Consumo recuerda que pueden existir también mascarillas higiénicas con otras especificaciones que no llegan a cumplir el estándar de calidad UNE o que han sido sometidas a ensayos en base a otras normas. En este caso pueden indicar en su etiquetado que se han sometido a estas pruebas y mostrar los resultados obtenidos. Por último, existen también mascarillas higiénicas que carecen de referencia a normas o ensayos y que, por tanto, no pueden garantizar un nivel de protección.

A la hora de comprar las mascarillas higiénicas se debe prestar atención a su etiquetado para ver si vienen especificados los ensayos a los que ha sido sometida y su resultado. Si siguen la norma UNE, deberá indicar también en el etiquetado si es reutilizable o no, cuál es su Eficacia de Filtración Bacteriana y su respirabilidad. Además deben aparecer datos básicos como la talla, sus instrucciones de colocación y uso, la composición y el mantenimiento de la misma.

En el caso de las mascarillas quirúrgicas, siguen el estándar de calidad UNE EN 14683. Al comprarlas hay que comprobar que en la etiqueta aparece dicho estándar, así como el marcado CE –que asegura que el producto cumple con la legislación- y el tipo (I o II). El precio de las mascarillas quirúrgicas está regulado, por lo que se deben vender a 0,96 euros.

En cuanto a las mascarillas autofiltrantes, deben seguir la norma UNE EN-149. A la hora de comprarlas hay que mirar en su etiquetado si cumplen con este estándar y si incluye también el marcado CE, el tipo de mascarilla (FFP1, FFP2 y FFP3), el tipo de filtro (P1, P2 y P3) y si son reutilizables (R) o no reutilizables (NR).

Observar el etiquetado es imprescindible, ya que se han detectado en el mercado europeo mascarillas que no filtran suficiente o que no cumplen los certificados. Algunas de estas mascarillas no seguras fueron recogidas por la OCU en un listado.

Según señala María Enríquez, las mascarillas quirúrgicas y autofiltrantes duran entre 4 y 8 horas. Las higiénicas dependen del tipo: «las reutilizables podrían lavarse y las no reutilizables tendrían que desecharse tras las cuatro horas recomendadas de uso». Si son reutilizables no se deben usar más allá del número de lavados marcado por el fabricante, ya que no se garantiza su eficacia.

En el caso de que no haber usado una mascarilla no reutilizable durante el número máximo de horas, se puede guardar para otro día: «podemos guardarlas en un envase que no permita que se genere humedad dentro, como puede ser una bolsa de papel o algo transpirable. Hay que intentar guardarlas siempre en la misma posición, tocándolas lo menos posible», indica Enríquez. El Ministerio de Consumo recomienda sustituir la mascarilla en caso de que se humedezca o deteriore por el uso.

En los últimos meses se han difundido varios bulos sobre la manera de desinfectar las mascarillas en casa. Enríquez advierte de que no se debe hacer caso de ellos: «no hay métodos caseros actualmente efectivos para intentar desinfectar o esterilizar una mascarilla». Concretamente señala que no se deben meter ni en el microondas ni en el horno: «es perjudicial porque algunas mascarillas tienen partes metálicas y además perderían propiedades».

La farmacéutica Marián García, conocida en redes como Boticaria García, advierte en su canal de Youtube que tampoco hay que ponerlas al vapor y que está desaconsejado desinfectarlas «con alcohol, lejía o cloherxidina», ya que podría dañarse el filtro y perder su eficacia.

Por su parte, Maldita.es recoge un informe realizado por científicos americanos en el que se recopilan algunos métodos de desinfección que no conviene aplicar a estas mascarillas. Concretamente los métodos que descartan estos científicos son empapar las mascarillas en agua y jabón, utilizar líquidos con alcohol, las inmersiones en lejía y dejar airear la mascarilla durante la noche.

A la hora de lavar estas mascarillas lo que hay que hacer es seguir las recomendaciones del fabricante, «porque algunas se hacen con lavados con un ciclo de la lavadora a unos 60-90 grados y otras hay que sumergirlas en una dilución específica», explica Enríquez.

Al inicio de la pandemia y ante la escasez de mascarillas, muchas personas se dedicaron a fabricar sus propias mascarillas caseras usando las telas que tenían por casa. Con respecto a estas mascarillas, Enríquez señala que «hay que tener en cuenta que no están fabricadas siguiendo ningún tipo de normativas, de tal manera que lo único que nos proporcionarán será una primera barrera, pero no nos garantizarán una filtración, algo que sí hacen las mascarillas que siguen la normativa y los certificados europeos».

Esta enfermera explica que sí es posible fabricar una mascarilla de tela en casa siempre que se le introduzca un filtro homologado que siga la normativa. Este filtro, además, habrá que cambiarlo regularmente.

Para una fabricación segura de mascarillas higiénicas reutilizables y no reutilizables se puede consultar la página web del Ministerio de Industria, en el que están publicadas las especificaciones UNE 0064 y UNE 0065. En esta misma web también hay publicado un listado de los materiales que se pueden utilizar para tal fin.

Algunas famosas marcas de ropa se han lanzado a la fabricación de originales mascarillas higiénicas reutilizables. Según explica Boticaria García en Youtube, el Ministerio de Sanidad ha regulado la fabricación de las mascarillas higiénicas «para que las empresas españolas puedan hacer mascarillas más de andar por casa pero con ciertas garantías. Esto es muy de agradecer, porque no va a ser igual una mascarilla que hace una empresa siguiendo la norma UNE 0065 que la mascarilla que hace tu abuela sin seguir ninguna normativa».

Para asegurarse de que una de estas mascarillas cumple con los requisitos, según Boticaria García hay que fijarse en lo siguiente:

1. Etiqueta: hay que mirar que aparezcan las palabras 'UNE 0065', ya que esto garantiza la fitlración y la respirabilidad de mascarilla.

2. Forma: además de cumplir la normativa UNE, su forma debe ser similar a la de las mascarillas quirúrgicas. «Piensa que aunque sea una tela 'homologada', si en mitad de la mascarilla, por la parte que respiras, le cascas una costura, ya no garantiza nada», explica.

3. Filtros: hay mascarillas que no cumplen la UNE 0065, han hechos sus propios tests pero incluyen filtros homologados de usar y tirar. También pueden ser una buena opción.

Tal y como explica Boticaria García, para ponerse la mascarilla lo primero es lavarse las manos con agua y jabón frotando enérgicamente durante 20 segundos. A continuación hay que coger la mascarilla por las gomas (nunca por la parte central) y tirar de ellas para colocarlas tras las orejas. Por último hay que ajustar la parte de la nariz y asegurarse de que la barbilla queda cubierta. Para quitársela hay que volver a lavarse las manos y tirar de las gomas sin tocarse la cara.

Además de ponerse y quitarse correctamente la mascarilla, es importante no tocarla mientras la llevamos puesta. «Si vas a tomar algo en una terraza lo ideal es meterla en una bolsa de papel o en un sobre, nunca dejarla encima de la mesa o ponérsela de collar, esparciendo los microorganismos por la cara», explica Boticaria García en su canal de Youtube.

El uso adecuado de las mascarillas y el cumplimiento de las recomendaciones del Ministerio de Sanidad y los expertos es imprescindible para que funcionen como elementos de protección.