España, clave en el 'boom' turístico de Puerto Rico
Cerca de un millar de compañías nacionales opera en Cuba. De las diez primera cadenas hoteleras, nueve son españolas
I. O. DE OLANO
Martes, 1 de enero 2019, 15:28
El auge de visitantes que experimenta Cuba en el último lustro -roza los cinco millones anuales- no tiene un único padre. Desde que, a finales ... de 2014, el presidente Obama levantó el embargo de Estados Unidos a la mayor de las Antillas, lo que le deparó una avalancha de ciudadanos norteamericanos por mar y aire, el turismo se ha convertido en la locomotora de la precaria economía insular. Sin embargo, este 'boom', desinflado en parte por la decisión de Trump en junio de 2017 de revertir la medida aperturista de su antecesor, no habría sido posible sin el papel esencial jugado por España. No tanto como país emisor de visitantes -los españoles solo ocupan el noveno puesto en las estadísticas del Gobierno de Díaz-Canel-, sino por el soporte y las infraestructuras aportadas por las cerca de mil compañías nacionales que operan allí.
Especialmente relevantes resultan las dedicadas al sector hotelero, un mercado estratégico para las empresas españolas. Buena prueba de ello representa el hecho de que lo sean nueve de las diez primeras cadenas instaladas en la 'perla del Caribe', casi tres décadas después de que pusieran la primera pica en Varadero, en forma de un 'todo incluido'. Hoy, todas ellas controlan más de 21.000 habitaciones.
Convertido en segundo socio comercial de la excolonia por detrás de China, que recientemente ha reemplazado en ese puesto a una Venezuela devorada por su propia crisis, España aspira a cobrar aún mucho más protagonismo en el mercado de la isla. Y hay visos de que lo consiga. No en vano, la práctica totalidad de los campos adjudicados para implantar ambiciosos planes de desarrollo de la energía eólica han correspondido a firmas nacionales.
Pero las aspiraciones ibéricas son mucho mayores. Cuba se asoma al mundo y España quiere estar en primera línea para hacerse con los contratos de infraestructuras más suculentos. De ahí la reciente y fugaz visita protagonizada por el jefe del Ejecutivo español, Pedro Sánchez, la primera de un mandatario español en 32 años. Aunque aún es pronto para calibrar sus efectos, las máximas autoridades del régimen se han comprometido a enviar una lista de proyectos prioritarios que dice querer reservar para España. Entre ellos, además de varias iniciativas relacionadas con la agroindustria, destacan la modernización y ampliación del penoso sistema ferroviario del país caribeño. Su extutor a este lado del Atlántico se llevaría los trayectos cortos, mientras que los largos se reservarían para Rusia. Ambos países ya suscribieron en 2016 un acuerdo en este sentido.
Gestión de los aeropuertos
España también parece gozar de una buena posición con vistas a la licitación que el Gobierno de Díaz-Canel planea hacer este año para cambiar la gestión de cuatro de sus aeropuertos: los de Varadero, Santiago, Santa Clara y Holguín. Al parecer, Cuba contempla a la firma pública Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena) como un candidato prioritario. En paralelo, compañías nacionales tratan de camelarse a las autoridades insulares para abastecer a los cubanos lo mismo de pollos que de gas natural licuado, con el que nutrir calentadores de agua, cocinas industriales o la iluminación de parques y jardines.
Cuba, por su parte, reclama más turistas ante el inquietante descenso acusado en 2018, que no solo se explica por la política de mano dura de Trump. Un estudio de The Havana Consulting Group, especializado en analizar la economía de la isla, señala como otros causantes el «declive de la calidad del servicio» en la red hotelera, «problemas de transporte terrestre y aéreo» y una «mala relación calidad-precio del producto que se ofrece». Para colmo, en TripAdvisor, la puntuación media que recibe el país es de 3,5 puntos, por debajo de las rivales Cancún y República Dominicana.
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