Las estatuas gigantes que han desatado la ira de los conservadores en Qatar
Catorce esculturas gigantes de Damien Hirst que representan el desarrollo de un feto en el útero desatan la ira de los sectores más conservadores de Qatar
JAVIER GUILLENEA
Jueves, 22 de noviembre 2018, 00:50
Si lo que buscaban era debate, lo han conseguido con creces, pero si pretendían transmitir una imagen de aperturismo del Estado árabe de Qatar, ahí ... ya entran dudas. La polémica la anticipó hace seis años Damien Hirst, el artista británico que ha hecho del márketing un arte. «Es la primera escultura desnuda en el Medio Oriente», afirmó el hombre que vendió por 9,5 millones de euros un tiburón tigre sumergido en formol en una vitrina transparente.
Hirst pronunció esas palabras en 2013, durante la primera inauguración de una de sus instalaciones en el exterior del aún no construido hospital de Sidra en Doha, la capital de Qatar. La obra se llama 'El viaje milagroso' y representa en catorce esculturas gigantes el desarrollo de un feto en el interior del útero desde el momento de la fecundación. La última es la imagen de un recién nacido de catorce metros de altura.
'El viaje' generó en las redes sociales una intensa polémica a la que se le sumó el rechazo de los sectores religiosos más conservadores, que recordaron que el Corán prohíbe representar figuras humanas. En previsión de lo que pudiera ocurrir, en el acto inaugural un niño recitó un pasaje del Corán sobre la formación de la vida, pero los críticos no se calmaron. Para evitar que las protestas fueran a más, las esculturas fueron cubiertas con la excusa de protegerlas de las obras de construcción del hospital, especializado en salud maternoinfantil.
Ahora que el centro sanitario ya ha entrado en funcionamiento no ha habido más remedio que volver a inaugurar las esculturas. «No esperamos que a todos les gusten, ni que todos lo entiendan. Están ahí para crear debate y reflexión», ha afirmado Layla Ibrahim Bacha, especialista en arte de la Fundación Qatar, propietaria de la mayor parte de la colección de arte del hospital. La fundación está apoyada por el Gobierno qatarí, que en los últimos años ha impulsado el coleccionismo de arte contemporáneo para darse ante el resto del mundo un cierto aire de modernidad. La encargada de la mayor parte de las compras es la hermana del emir, Sheikha Al-Mayassa bint Hamad bin Halifa Al-Than, a la que no le tiembla la cartera a la hora de adquirir obras de arte.
Cifras millonarias
La instalación de Damien Hirst ha costado 17,5 millones de euros, cantidad a la que hay que añadir los cuantiosos honorarios del artista. No es mucho si se compara con el cuadro de Paul Gauguin '¿Cuándo te casarás?', por el que en 2015 la hermana del emir pagó 264 millones de euros, o con los 192 millones de euros que le costó 'Los jugadores de cartas' de Cézanne.
Pero una cosa es colgar un cuadro en una pared y otra colocar una serie de esculturas de fetos en los accesos a un hospital, en plena calle y a la vista de todos. La reinauguración de 'El viaje milagroso' ha reavivado la ira de los sectores menos aperturistas, que han anunciado movilizaciones de protesta para que se retiren las esculturas. La modernidad que Qatar quería mostrar al mundo puede quedar relegada a un segundo plano si el malestar va a más.
De momento, los promotores de la instalación aguantan las presiones. «La obra refleja la misión del hospital de cuidar la salud de las mujeres y los bebés; es el lugar perfecto», sostiene Layla Ibrahim Bacha. El centro, que cuenta con 400 camas, fue inaugurado el pasado mes de enero y ha costado 7.000 millones de euros. Sus paredes guardan una colección de arte moderno de 65 obras de artistas árabes e internacionales, todas ellas carísimas y elegidas con criterios específicos, como una instalación de neón de la británica Tracey Emin titulada 'Escuché el océano y todo lo que escucho es usted'. «No están destinadas a ser decorativas sino a crear más debates y ayudar al paciente a mantener la calma», afirma Bacha.
Con lo del debate ha acertado, pero con lo de la calma depende de dónde se mire. En el interior del suntuoso hospital reinará una gran quietud artística aunque fuera, si se avivan las protestas, el enorme recién nacido descubrirá que la vida puede ser conflictiva.
Nació en Bristol en 1965 y forma parte de los llamados Jóvenes Artistas Británicos. Saltó a la fama por su obra 'The physical impossibility of death in the mind of someone living' (La imposibilidad física de la muerte en la mente de alguien vivo), un tiburón tigre sumergido en formol.
Coleccionista. En su colección privada cuenta con obras de Bacon, Koons, Emin, Prince, Banksy, Warhol, Bellany, Hoyland y Gary Hume.
Opiniones. Hay quien le considera un artista transgresor y quien dice que no es más que un estafador del arte.
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