Edición

Borrar
Jesús García Calero, periodista de ABC y moderador de la mesa; Lydia Cacho, Jorge Fernández Díaz, Nicola Lagioia y Roseann Lake, en el acto Ecos de futuro celebrado en la sede de Vocento, en Madrid. FOTO: Pablo Cobos | VÍDEO: JORGE SÁNCHEZ
'Ecos de futuro' | 20 aniversario de Vocento

«El periodismo es el perro guardián contra los abusos del poder»

Periodistas y escritores piden recursos para poder dedicar más tiempo a la investigación

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Miércoles, 28 de septiembre 2022

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

«El periodismo es el perro guardián de los abusos del poder», «el periodismo tiene que desenmascarar el relato de los políticos» o «el buen periodismo se hace a fuego lento». Son algunos de los titulares que dejó este lunes el coloquio sobre 'El periodismo del futuro' celebrado en el marco del foro Ecos de Futuro, con el que Vocento conmemora su 20 aniversario, y que también subrayó que el periodismo está más vivo y es más necesario que nunca.

Profesionales de prestigio internacional como la mexicana Lydia Cacho, el argentino Jorge Fernández Díaz (dos popes del periodismo de investigación), el escritor italiano Nicola Lagioia, autor de 'La ciudad de los vivos', la crónica de un asesinato terrible en Roma, y la estadounidense Roseann Lake, que ha sido corresponsal en China y Cuba, aportaron sus reflexiones sobre los desafíos y las oportunidades que vienen, en un debate moderado por el jefe de Cultura de 'ABC', Jesús García Calero.

Los cuatro invitados coincidieron en subrayar el papel del periodismo como filtro para desenmascarar los relatos que los políticos construyen a su medida para defender sus propios intereses, relatos que no suelen ajustarse nunca a la realidad y que, a menudo, están construidos sobre mentiras, que los periodistas tienen la obligación de denunciar. «Los periodistas tenemos que ser contrapoder y eso no significa que seamos enemigos del poder. Y si no lo hacemos, está en juego nuestra democracia», dijo Lydia Cacho (Ciudad de México, 59 años), escritora reconocida con los premios internacionales más importantes en materia de periodismo y derechos humanos.

Cacho, que estuvo encarcelada y fue torturada y hoy todavía sigue amenazada por las revelaciones de sus investigaciones sobre prostitución infantil en las que sacó a la luz una red de pedófilos con nombres de políticos y empresarios, contó su experiencia como periodista de investigación «en 143 países de todo el mundo», y destacó que la búsqueda de respuestas ha sido siempre su motivación para seguir trabajando a pesar de las dificultades y las amenazas que aún hoy pesan sobre su vida. «Nuestro trabajo es salir a la calle y contar la realidad frente a otra realidad inexistente y manipulada» que ella atribuye no sólo a los gobiernos sino también a las grandes corporaciones tecnológicas «y sus metadata». Cacho echó en falta más recursos para que los periodistas puedan investigar con tiempo y denunció, en este sentido, la precariedad de medios con la que trabajan muchos periodistas, por lo que pidió un pacto entre los periodistas, los editores y los dueños de los medios.

El 'Capote' italiano

En esta misma línea abundó Nicola Lagioia (Bari, 49 años) que quiso dejar claro que no es periodista sino escritor, si bien su última novela 'La ciudad de los vivos' (Random House) es una fantástica crónica periodística, producto de cuatro años de investigación, sobre el asesinato, sin motivo aparente, de un joven de 20 años a manos de otros dos jóvenes cocainómanos y de buena familia. Lagioia, a quien su compañero de coloquio Jorge Fernández Díaz llamó «el Truman Capote italiano» por la similitud de su libro con 'A sangre fría', dijo que estas historias de largo aliento son las que ayudan a comprender mejor la realidad, «pero faltan recursos para poder hacerlo». «Yo he tenido que tener otro trabajo para poder dedicar cuatro años a seguir ese crimen en Roma» y comentó que hoy es difícil poder dedicar a un reportaje «dos o tres semanas».

Lagioia pidió que el periodismo no deje de ser «el perro guardián» de los abusos de poder, y en este sentido apeló a que vuelva a ejercer su tradicional papel de mediador, denunciando las mentiras que lanza el poder para construir una realidad a su medida. «Los políticos en Italia han empezado a hablar directamente a través de Twitter, Instagram o TikTok y han dejado de utilizar los periódicos como mediadores. Así pueden hablar sin filtro y pueden manipular mucho más», criticó.

El novelista italiano denunció que esta falta de filtros periodísticos ha hecho cambiar el concepto de coherencia. «Ahora la memoria es a corto plazo», se lamentó Lagioia, que emplazó a los periodistas a volver a ganarse la confianza de los ciudadanos.

Desenmascarar el relato

Jorge Fernández Díaz (Buenos Aires, 1960), un autor multigénero que ha escrito magníficos reportajes de investigación periodística, ensayos y novelas policiacas, puso sobre la mesa cómo los gobiernos han avanzado en la sofisticación del relato, «y el periodista tiene que desenmascarar ese relato de los políticos», desde el reporterismo, pero sobre todo desde las columnas de opinión para contar que «la realidad no es así». Reconoció que las grandes investigaciones periodísticas, tan necesarias, no son rentables para las grandes cabeceras, por lo que finalmente terminan sirviendo como material para un libro o acaban en publicaciones de culto, donde pasan desapercibidas.

Fernández Díaz también hizo un guiño al viejo periodismo y a los reportajes sobre temas culturales, personajes históricos o leyendas, y habló del caso de Alfredo Serra, 'El Pingüino', un viejo reportero argentino que, una vez jubilado, empezó a desempolvar historias arrinconadas que halló en su enorme biblioteca para publicarlas en un medio digital, donde sus piezas se revelaron como las más leídas. «Con 80 años se convirtió en el redactor estrella. Los viejos reporteros vinieron a iluminar el nuevo periodismo digital», se congratuló Díaz, que apeló a regresar al brillante periodismo del pasado «y hacerlo ahora en nuevos formatos». «El periodismo es información, opinión, servicio público, pero también es ternura y es contar los sentimientos», ilustró el escritor.

Detrás de los titulares

Por su parte, Roseann Lake, periodista estadounidense de madre española que ha desarrollado su carrera en 'The Economist' y en dictaduras como China y Cuba, se refirió a la importancia de «pisar la calle y hablar con la gente» y no quedarse en los titulares que en este tipo de países lanzan los gobiernos y generalmente compran los medios de comunicación. Puso el ejemplo del último referéndum de Cuba para aprobar el matrimonio igualitario. «Todos los medios titularon por ahí, pero no se decía que eso fue una promesa que se sacó de la Constitución hace tres años. Cuba siempre lo pasa mal, pero ahora lo está pasando muy mal. No hay comida, no hay nada, pero lo que ha quedado es lo del matrimonio gay», censuró.

«Hay que ser curioso, aprender el idioma, hacer amigos…» para conocer los problemas reales de esos países con un férreo control gubernamental. «Esos países cuentan con potentes medios para contar sus relatos, pero los periodistas tenemos nuestras propias herramientas para contar la realidad y convencer al público de que lo que les contamos merece la pena», señaló Lake, que pidió tiempo para trabajar esas historias «porque el buen periodismo se hace a fuego lento».

La reportera norteamericana también pidió al periodista «que se reinvente un poco», lo que, a su juicio, puede pasar por escribir libros, hacer podcasts «e incluso montar una obra de teatro» para que haya más conciencia social de lo que está pasando.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios