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El fin de las marcas blancas

El fin de las marcas blancas

Fabricantes y distribuidores suben los precios de las marcas propias en los supermercados, dejando de lado su principal virtud

Diego Quero

Lunes, 29 de septiembre 2014, 01:00

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La marca es un factor determinante en la sociedad en la que vivimos. No solo para las empresas, sino que podemos asistir a charlas, conferencias, o cursos sobre cómo promocionar y mejorar nuestra marca personal. La creación y el desarrollo de una marca es un proceso que se encuentra tan imbricado en la sociedad, que cuesta encontrar algún movimiento o producto que no se comporte de acuerdo a sus principios o no represente una marca. Creaciones como el movimiento Podemos, que intenta replantear el sistema político-económico-social actual, se ha convertido en una marca muy fuerte en los últimos meses.

Y nada escapa a este proceso. La Organización de Consumidores y Usuarios, OCU, publicaba esta semana su estudio anual y apuntaba como principal conclusión que los precios de las marcas blancas han subido de media un 2,2 por ciento respecto a 2013 en una cesta típica de la compra. No parece una gran subida en términos porcentuales, pero si se mira el aumento que tuvo en 2013 este es palpable, ya que el año anterior los precios solo subieron un 1,6 por ciento. Desde la organización de usuarios han mostrado su "preocupación" por esta subida, ya que aseguran que "muchas familias no tienen la opción de comprar otros productos". También afirman que los fabricantes y distribuidores de marcas blancas "están pensando que ya han fidelizado a una clientela, clase media sobre todo, pues estos productos ya no solo van destinados a familias con menos recursos".

Queda claro que el margen entre los productos 'blancos' y los que tienen una marca reconocible se va a acortando por varias razones. Una de ellas es que los fabricantes y los distribuidores ven que su producto, aunque sea una versión del original, funciona bien y quieren tener un margen cada vez mayor y ganar algo más de dinero. Es lo que se pretende en la mayoría de empresas porque es un proceso normalizado del sistema capitalista. Hay que ir siempre a más. Otra de las razones es que algunas marcas blancas empiezan a ser reconocidas como marcas en sí mismas. Hay productos que han conseguido mejorar el original o dar con alguna variación o mezcla que ha triunfado en el mercado. Ese reconocimiento implica una inversión en investigación y desarrollo, en distribución, en imagen corporativa, y en contratación de personal, por lo que se necesitará hacer una inversión para que la empresa vaya hacia adelante.

A pesar de que estos procesos puedan afectar al precio, también deben redundar en un beneficio para el consumidor, ya que una marca que se haga fuerte debe de ser más exigente cada día con sus estándares de calidad. Además, siempre habrá nuevos productos que aparezcan a un precio más bajo que los existentes y que intenten quitarle a los que ya están un trozo de la tarta del mercado.

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