Un conductor ebrio confunde la entrada del metro con un garaje en Valencia

La Policía Local atribuye al único ocupante del vehículo esta extraña conducta tras escuchar su testimonio y detectar, con la prueba de alcoholemia, que circulaba con una tasa de 0,66 miligramos por litro de aire espirado. Ante este grado de embriaguez, acabó detenido por los agentes y a disposición judicial.

El percance de circulación, protagonizado por un BMW, se produjo minutos después de las siete de la mañana. Una patrulla de la Policía Local que entraba de servicio para el dispositivo de la Media Maratón se encontró el vehículo empotrado en la entrada secundaria a la estación.

Según averiguaron los agentes, el vehículo circuló varios metros por la acera, perdió el control y acabó 'encallando' en los primeros escalones del acceso. Cerca estaba el conductor, que conversaba con varios trabajadores del metro. Al ver que podría llevar una importante melopea, la patrulla solicitó la presencia de un equipo de Atestados.

Fue entonces cuando expuso la confusión: «Dijo haber confundido la entrada del metro con la de un aparcamiento subterráneo». La parte delantera del coche taponaba el acceso al vestíbulo y no se podía desencajar de ningún modo, pues las ruedas frontales quedaban en el aire sobre el desnivel que generan los primeros escalones.

Hasta el lugar se desplazó una grúa, pero no fue posible retirar el turismo. Para colmo empezaba ya la Media Maratón, con parte de su recorrido a pocos metros del jaleo del coche. La decisión fue aguardar a la llegada de otra grúa más grande y dejarla actuar una vez finalizada la prueba deportiva. Pasadas las 13 horas, el BMW fue remolcado y trasladado. Al fin los usuarios de Metrovalencia pudieron disponer del acceso a la estación.

Según Fuentes de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV), mientras duró el bloqueo hubo que cerrar el paso a los usuarios en ese punto. Aunque quedaba un estrecho espacio de acceso junto al tronco de un árbol, aquello no era seguro.

Una ambulancia del SAMU se presentó en el lugar cuando los primeros avisos apuntaban a un accidente, pero no hubo que lamentar víctimas. El conductor ebrio pudo salir del coche sin dificultad y no sufrió lesiones. La extraña escena atrajo a los paseantes que caminaban por el epicentro comercial de Valencia o contemplaban el paso de los corredores de la Media Maratón.

Un acceso con escaleras a la estación de metro de Ayora fue este verano escenario de una confusión similar. Sucedió a mediados de junio, por obra de un automovilista despistado que acabó interceptado por el personal de seguridad. Dos meses antes, la escena se repetía. En esta ocasión fue un hombre de edad avanzada quien se armó un lío y tomó por suave rampa lo que en realidad eran escaleras. Al menos, frenó antes de llegar a la boca.