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Dos mujeres conversan en las inmediaciones de una central hidroeléctrica. Joe Lamar (AFP)
Los jóvenes españoles preparan un '15-M climático'

Los jóvenes españoles preparan un '15-M climático'

Estudiantes de todo el país secundarán una huelga mundial para exigir a los políticos que frenen ya el calentamiento global

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Lunes, 11 de marzo 2019, 00:02

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Ander Ongil y dos compañeros de cuarto curso de Biología y Ciencias Ambientales, Lucas y Roger, se sentaron el pasado 18 de enero, sobre las 11:30 horas, frente a las oficinas principales de la Generalitat de Cataluña en Gerona. En sus carteles de protesta se leía, en inglés y en catalán, «Empecemos a trabajar para parar el cambio climático» y «Huelga por el clima». Fueron los primeros estudiantes españoles en salir a la calle para sumarse al movimiento ecologista mundial 'Fridays For Future', fundado el verano pasado por Greta Thunberg, una adolescente sueca de 16 años que decidió faltar a clase todos los viernes y manifestarse ante el Parlamento de Estocolmo para exigir a los políticos que tomen de inmediato medidas ambiciosas y efectivas para frenar el calentamiento global, que amenaza con provocar en muy pocos años catástrofes irreparables en el planeta.

«Llevábamos semanas atentos a la revuelta por el clima que Greta había desatado en todo el mundo, con miles de seguidores y paros y manifestaciones en EE UU y Europa, y aquí nada. Así que nos dijimos: 'Alguien tiene que empezar'», relata Ongil sobre la génesis de esa primera protesta. El ejemplo de Ander, Lucas y Roger, que cada viernes han continuado la protesta, y cada semana con más alumnos, corrió como un reguero de pólvora por las redes sociales. Jóvenes de muchas ciudades españolas, que también intentaban organizarse para poner en pie en sus ciudades un movimiento que ya había sacado a la calle a miles de escolares en Bélgica, Reino Unido, Francia o Alemania, replicaron pocas semanas después las sentadas de los 'Fridays For Future' en Barcelona, Madrid y Valencia.

España llegó tarde a la ola verde internacional desatada por Thunberg, pero el movimiento parece que se está consolidando a marchas aceleradas para llegar con músculo a su primer gran desafío. El próximo 15 de marzo, el gran viernes, estudiantes de todo el país tratarán de parar los institutos y universidades, de llenar las calles y de sitiar ayuntamientos, ejecutivos o parlamentos en respuesta a la convocatoria de una huelga mundial por el clima que persigue presionar a los políticos para que apliquen con la máxima urgencia medidas concretas y ambiciosas que frenen la emisión de gases de efecto invernadero.

Crecimiento exponencial

«Estamos creciendo de forma exponencial; vamos a ser un movimiento muy potente», vaticina Irene Rubiera, de 19 años, una alumna de segundo de Derecho de la Universidad Carlos III que integró el grupo de estudiantes que organizó, el pasado 1 de marzo, la primera protesta en Madrid, una sentada de 500 personas frente al Congreso de los Diputados. Irene también es miembro fundacional de 'Juventud por el clima', la plataforma española que, a través de su página web -juventudxclima.es- y sus publicaciones y chat en redes sociales, está facilitando la creación de franquicias de 'Fridays For Future' por todos los rincones del país y publicitando el continuo goteo de convocatorias de manifestaciones para el día 15.

Solo mes y medio después de la protesta original en Girona, ya existen estructuras operativas de este movimiento internacional en prácticamente todas las autonomías (al menos en 15 de las 17) y hay convocadas 26 manifestaciones en otras tantas capitales y ciudades para la jornada de la gran huelga climática.

Se trata, según explican Ander e Irene, de grupos de estudiantes de institutos y universidades, independientes de otras organizaciones políticas o sociales, que aspiran, según sus propias palabras, a «hacer mucho ruido» y a protagonizar un '15-M climático', una revuelta ciudadana contra los gobiernos y las empresas «por no hacer nada efectivo» contra el acelerado calentamiento global, que reclamará a gritos que «escuchen a los científicos».

Transmiten la misma sinceridad y resolución que permitió a Greta Thunberg sacarle los colores a líderes políticos y empresariales planetarios cuando les espetó sucesivamente en Katowice, Davos y Bruselas que «nos han fallado» y que «dicen que aman a sus hijos por encima de todo, pero les están robando su futuro ante sus propios ojos».

Sus razones son claras y directas. Están hartos de la inacción de las instituciones y decididos a luchar por la salvación del planeta, «que es nuestro futuro». «Hay que actuar ya. La juventud se ha hartado. La temperatura de la Tierra ya es un grado superior a la de la época preindustrial y los políticos no hacen nada y las empresas no se preocupan por cortar las emisiones», asegura Ongil, que exige que «se escuche a los científicos y se cumplan ya los Acuerdos de París». «No se ha hecho nada. Hay que moverse. La ONU ya ha avisado de que para 2030 hay que haber tomado unas medidas muy serias si se quiere evitar la catástrofe. En 2030 yo voy a tener 30 años. Es nuestro futuro el que está en juego. Yo no puedo estar tranquila con la Tierra en la que voy a vivir», añade Rubiera.

¿Y después del 15-M, qué? «Pues seguiremos manifestándonos y presionando cada viernes, y posiblemente con más fuerza que ahora». «No se trata de cuándo vamos a parar nosotros, sino de cuándo van a empezar ellos», avisa Ander, el mismo estudiante que activó la ola verde española no hace ni dos meses, en una plaza de Gerona.

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