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Echando cuentas en mayo de 2010. La gaditana Elena Braza esperaba dar a luz justo a finales de año. R. R.
Todo por el cheque-bebé

Todo por el cheque-bebé

2.000 mujeres adelantaron su parto en diciembre de 2010para cobrar los 2.500 euros de fomento de la natalidad. Ahora se investiga si tuvo efectos sobre los niños

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Viernes, 29 de diciembre 2017, 00:25

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Cada 1 de enero los medios de comunicación informan puntualmente sobre los bebés de la Nochevieja: nos enteramos de la hora exacta de su nacimiento, del nombre, del peso y de lo felices que están los padres aunque se les chafara la cena familiar. Es el típico reportaje idéntico a sí mismo, todos los años. Todos, menos uno: en las primeras horas de 2011 los papás de los pequeños que, por muy poco, habían venido al mundo el año anterior tenían un brillo especial en los ojos. De chiripa, los críos traían debajo del brazo un 'pan' valorado en 2.500 euros, el cheque-bebé que el Gobierno de Zapatero pagó a todos los recién nacidos durante tres años y medio para fomentar la natalidad y que terminaba aquella medianoche. En los días previos, muchos especulaban con qué se podía hacer para acelerar un alumbramiento inminente, desde sexo a destajo y largas caminatas hasta chocolate, comida picante y baños de hierbaluisa, pasando por las soluciones más drásticas: el parto inducido con oxitocina y la cesárea programada. Y hubo quien, pese a las advertencias de los expertos, lo hizo. Según la economista sevillana Libertad González, unas 2.000 mujeres.

Esta profesora de la Universidad Pompeu Fabra ha recibido del Consejo Europeo de Investigación una ayuda de 1,5 millones de euros para investigar el impacto de las políticas públicas de apoyo a la natalidad y a la paternidad sobre la salud de los niños y su desarrollo cognitivo. Para ello, está comparando esos parámetros en los periodos de introducción o retirada de esas medidas. Y uno de esos momentos de transición es el 1 de enero de 2011, fecha de defunción del cheque-bebé.

González revisó los registros del Instituto Nacional de Estadística (INE) desde 2000 y encontró que en la última semana de cada año y la primera del siguiente la distribución de nacimientos era prácticamente igual, excepto en 2010 y 2011: en la última semana de diciembre de 2010 nacieron 9.946 niños y en la primera de enero, 7.845. Es decir, que un millar se adelantaron. Si se consideran las tres últimas semanas de diciembre (29.431) y las tres primeras de enero (25.534), la desviación es aún mayor: casi 2.000 partos adelantados. En plena crisis económica, el Gobierno había anunciado en mayo, entre otras medidas para reducir el déficit público, la supresión del cheque-bebé. Para entonces, las últimas mujeres beneficiarias de esta ayuda ya estaban embarazadas, pero, a medida que se acercaba la fecha, empezaron a circular consejos para adelantar el parto por 'métodos naturales'.

La investigadora cree, sin embargo, que el adelanto de ese millar de nacimientos previstos para los primeros días del año debió de realizarse, al menos en parte, mediante cesáreas programadas. Estas solo están indicadas desde un punto de vista médico cuando la mujer o el bebé presentan problemas que desaconsejan un parto vaginal; por ejemplo, que el feto se encuentre en una posición difícil, embarazos múltiples o cesáreas previas. Sin embargo, el nacimiento por cirugía es mucho más frecuente en las clínicas privadas (en torno al 40%) que en la red pública (22%).

«Experimento natural»

«No creo que se hicieran locuras: se adelantaron partos que ya estaban a término», aclara González.Aun así, la investigadora afirma que este «experimento natural» desencadenado por el fin de los 2.500 euros ayudará a desvelar los efectos de adelantar un nacimiento sin que el proceso natural del parto se haya iniciado y sin que exista un motivo médico para ello. Para empezar, los bebés pueden tener un peso más bajo y ser más inmaduros, sufrir más infecciones y tener un desarrollo cognitivo inferior. Nacer en diciembre tiene, incluso, perjuicios añadidos en nuestro sistema educativo: distintas investigaciones han concluido que los pequeños nacidos a finales de año tienen peores notas, porque comienzan su periplo educativo siendo un año más inmaduros que sus compañeros de enero. Como contrapartida, el 'regalo' de Zapatero pudo contribuir a que las madres se acogieran a más permisos no pagados y permanecieran más tiempo con sus hijos.

Libertad González dispone de cinco años para averiguarlo: accediendo a las bases de datos de la administración sanitaria y educativa y del INE, pretende averiguar cómo les ha ido a los últimos beneficiarios del cheque-bebé, que ahora tienen siete años y asisten a segundo de primaria. Su hipótesis no es descabellada. Distintas investigaciones han concluido que lo que ocurre en las primeras semanas de vida es clave en el desarrollo. Un estudio realizado en Noruega descubrió el impacto de la introducción en 1977 de un permiso de maternidad pagado de cuatro meses -ampliable un año más sin sueldo-: los niños cuidados por su madre tuvieron tasas más bajas de abandono escolar (-2,7%) y unos ingresos un 5% más altos a los 30 años de edad.

La ayuda monetaria directa por recién nacido fue criticada porque, a diferencia de los incentivos fiscales, era independiente de los ingresos de los receptores. Además, se anunció cuatro meses antes de unas generales.

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