La burbuja del champán se expande
Por primera vez en la historia se vende más champán fuera de Francia que en el país donde se elabora. Japón se mantiene fiel a una bebida que seduce también a los chinos
ANTONIO PANIAGUA
Martes, 26 de marzo 2019, 00:47
Medio mundo tiene razones para brindar, a poder ser con burbujas. Por primera vez desde hace un siglo, las ventas de champán han sido superiores ... fuera de Francia que en el propio país que lo inventó. La pujanza de mercados lejanos, especialmente los asiáticos, y el hecho de que nuestros vecinos del norte beban cada vez menos vino explican que la balanza se incline a favor de las exportaciones. China y otros confines, encandilados con el lujo occidental, le han cogido el gusto a esta bebida, si bien el Reino Unido sigue siendo el primer destino de las exportaciones galas.
El año pasado la humanidad se echó al coleto 301,9 millones de botellas de champán, de las cuales un 51,3% se dirigieron al mercado exterior, según datos del Comité Interprofesional del Vino de Champagne (CIVC). Se trata de un vino que nace de las cepas de las 34.000 hectáreas de viñedos que existen en la región de Champagne, que da nombre al producto.
La vendimia de 2018 fue excepcional. Mucho sol, temperaturas benignas, noches frescas y nada de lluvia durante la floración fueron factores que, sumados, dieron una uva perfecta para hacer espumoso. A la bonanza climática se unió una coyuntura económica propicia, lo cual ha hecho que los viticultores tengan motivos para estar contentos.
Chalecos amarillos
Las ventas globales no constituyen en sí un récord en términos cuantitativos, ya que representan un 1,8% menos que las del ejercicio precedente. Pero si se atiende a su valor, la facturación se eleva a 4.900 millones de euros, lo que supone un leve incremento del 0,3%.
El champán triunfa más por el espíritu hedonista foráneo que por méritos propios. Según el citado comité, la crisis de los chalecos amarillos y el creciente desapego de los franceses hacia la ingesta de vino se han traducido en una menor demanda de la bebida en Francia, cuyo consumo ha caído un 4% en lo que atañe al volumen y un 1,8% en lo que se refiere al precio. Las protestas y disturbios de París supusieron una rémora para la distribución del burbujeante caldo justo en el peor momento. Porque es en los tres últimos meses del año cuando se consume la mitad del champán de todo el año.
Fuera de Francia, el británico es el mayor mercado consumidor, con 26,7 millones de botellas. Curiosamente, la perspectiva de un 'Brexit' duro ha hecho que los bodegueros franceses se movilicen. Así, las bodegas de champán están aumentando sus reservas en Reino Unido, un mercado clave para la industria. El miedo ha hecho mella, hasta el punto de que se ha llegado al extremo de almacenar en suelo británico más de 10 millones de botellas, según Jean-Marie Barillère, presidente de la Union des Maisons de Champagne (UMC), que agrupa a las grandes marcas.
Detrás del Reino Unido, el país más aficionado a las burbujas doradas es EE UU, con 23,7 millones de botellas. Más allá de estos destinos fijos, los exportadores tienen su mirada puesta en Asia, con especial atención a Japón, que apuró 13,6 millones de botellas, lo que equivale a una facturación de 203 millones de euros. El caso japonés es digno de estudio, pues las ventas siguen creciendo desde 2009, pese al estancamiento de la economía y una población cada vez más envejecida.
El triángulo formado por China, Hong Kong y Taiwán contribuyó a que la industria salvara los muebles. En estos tres territorios se adquirieron 4,7 millones de botellas, lo que significa un crecimiento del 9,1% y un negocio que roza los cien millones de euros. Asia es la nueva tierra prometida para los viticultores de Champagne, que ven cómo se ha encendido la sed de espumoso también en Corea del Sur y Tailandia.
Son buenas noticias que atenúan la incertidumbre de un sector preocupado por las consecuencias que tendrá el cambio climático en sus vides. No en vano, los agricultores han comprobado que desde los años noventa la floración de las viñas acontece dos semanas antes. Por añadidura, los racimos son mayores y presentan niveles de alcohol más elevados, en torno a un grado. Ahora, la gran obsesión de los bodegueros franceses es rejuvenecer la edad media del consumidor de champán, un producto asociado al lujo y a un alto poder adquisitivo. Por lo demás, se trata de un sector reacio a las innovaciones y la experimentación.
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