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El aviso de un dermatólogo sobre el problema que pueden originar las mascarillas

Para evitar daños cutáneos hay que hidratar bien el rostro y usar una mascarilla cómoda

Elena Quirantes

Martes, 9 de junio 2020

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Desde el pasado 21 de mayo las personas mayores de 6 años están obligadas a utilizar mascarilla en la vía pública, espacios al aire libre y cualquier espacio cerrado de uso público siempre que no sea posible mantener una distancia interpersonal de dos metros. El objetivo de esta medida es reducir el número de contagios por COVID-19 y, consecuentemente, evitar un repunte de la epidemia en España. No obstante, su uso prolongado tiene un inconveniente: la posible aparición de problemas dermatológicos en el cutis.

Según explica el doctor José Manuel Carrascosa, portavoz de la Academia Española de Dermatología y Venereología, hay tres factores que condicionan la posible aparición de problemas dermatológicos por el uso de la mascarilla: las características piel, el tipo de mascarilla que se usa y cuántas horas se lleva puesta.

Carrascosa señala que «los individuos con alguna enfermedad base como acné, dermatitis seborreica o rosácea es más probable que tengan algún problema, ya que la mascarilla favorece la oclusión, impide que se ventile la piel e incrementa el calor y la humedad». Todo ello favorece que los problemas cutáneos previos empeoren, según indica Carrascosa.

Por otro lado, hay que prestar atención al tipo de mascarilla: «se debería usar aquella mascarilla que, cumpliendo con la normativa y la misión que se busca implementar, fuese lo más cómoda posible», explica este dermatólogo. Carrascosa señala que algunas personas utilizan mascarillas de alta protección destinadas a las UCI que normalmente no dejan traspirar tanto y que no son necesarias para el contacto social. «En la mayoría casos va a ser suficiente con una mascarilla higiénica. Hay que escoger la que mejor se ajuste a su uso», puntualiza.

El último factor que determina la aparición de problemas dermatológicos es la cantidad de tiempo que se lleve puesta la mascarilla: «cuantas más horas estemos con ella peor. Por eso hay que intentar ajustar su uso al tiempo que sea necesario», dice Carrascosa. Este médico señala que, si bien es imprescindible llevarla puesta en el transporte público o si se trabaja de cara a otras personas, quizás no haga falta utilizarla al pasear por el campo o cuando vamos solos en el coche. «Hay que intentar llevarla cuando haga falta y evitar periodos muy largos. Si hay que llevarla mucho rato puesta se debe tener un recambio para sustituirla cuando esté húmeda», explica.

Habitualmente las zonas que más se irritan por el uso de la mascarilla son «el puente de la nariz (sobre todo si se utilizan gafas protectoras), las mejillas, la zona de las orejas por las gomas y las zonas de contacto como la barbilla», detalla Carrascosa.

Este dermatólogo matiza que, en general, más allá de la irritación no deberían aparecer problemas graves ni úlceras si las mascarillas se usan en un contexto social y no profesional sanitario. «Salvo que las mascarillas se acompañen de otros EPIs como gafas no tendrían por qué provocar muchas heridas. Puede aparecer alguna en las orejas o en el dorso de la nariz porque algunos modelos son rígidos. La recomendación en este caso es buscar otro modelo de mascarilla», señala.

Para prevenir la irritación del rostro si no existen enfermedades cutáneas previas, Carrascosa recomienda «una limpieza con un producto no abrasivo como el agua micelar, que hidrata la piel y la restaura sin desengrasarla ni irritarla. También se puede aplicar una crema hidratante por las noches o una media hora antes de ponerse la mascarilla». En caso de que el dorso de la nariz sea sensible o apriete mucho la mascarilla, se puede colocar debajo de la misma «un apósito hidrocoloide o una laminita de silicona» para evitar los roces.

En el caso de las pieles con problemas previos, según este dermatólogo se debe «hacer un tratamiento adecuado y más intenso de esas enfermedades», además de insistir en la limpieza por la noche y por la mañana con productos suaves como el agua micelar.

En caso de que aparezcan irritaciones por el uso de la mascarilla, Carrascosa explica que se puedan usar «cremas dermocosméticas que tienen efectos regeneradores de la piel o un tratamiento con rosa mosqueta». Este dermatólogo aconseja acudir a la farmacia, donde podrán aconsejar el tratamiento más adecuado.

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