El aplaudido diseño de ventilación de un gimnasio: un entrenador con Covid-19 expone a 50 clientes y ninguno se contagia

Tal y como recoge la CNN, Velvet Minnick, dueña del gimnasio 460 Fitness en la localidad de Blacksburg, se puso en contacto con una clienta y amiga, Linsey Marr, que es profesora de Ingeniería Civil y Ambiental en la universidad Virginia Tech. El objetivo era que, al reabrir tras el confinamiento, se adaptara el local de la mejor forma posible.

Entre otras cosas, se crearon puestos para clientes cerca de las puertas, y se aumentó la distancia de seguridad de 2 a 3 metros. Cada puesto se señaló con cinta naranja. Además, se prohibió moverse por el gimnasio y hacer entrenamientos por pareja.

«Sabía que el virus se transmitía principalmente a través del aire. Así que pensé que era realmente importante tener una buena ventilación para que no todos pudieran respirar el mismo aire«, expresa Marr.

Linsey Marr añade que hizo «los cálculos sobre cómo de grande era el espacio, cuáles eran las velocidades típicas del viento en el área y si las puertas estuvieran abiertas, ¿cuál sería la ventilación resultante?», se preguntó.

Con las puertas abiertas cumplen de sobra las recomendaciones de la Sociedad Estadounidense de Ingenieros de Calefacción, Refrigeración y Aire Acondicionado. Además, tienen un monitor de dióxido de carbono: «El dióxido de carbono se exhala y es un buen indicador de la cantidad de virus que se pueden estar acumulando en el aire», precisa.

En septiembre, uno de los entrenadores empezó a sentirse mal y dio positivo en coronavirus. Velvet Minnick contactó con las 50 personas que habían entrenado para seguirles. ¿El resultado? Ningún negativo.