Rusia no quiere a los gays de Disney
Las autoridades culturales amenazan el estreno de ‘La bella y la bestia’ porque incluye un personaje abiertamente gay
guillermo elejabeitia
Miércoles, 8 de marzo 2017, 03:01
En la próxima película de la factoría Disney, un hombre suspira por otro hombre. Le Fou, una suerte de Sancho Panza afrancesado, oscila entre la ... admiración y el deseo hacia su compinche, el engreído Gastón, en la nueva versión de La bella y la bestia. La trama, que se concreta en un número musical en el que el secundario canta las alabanzas del villano y en una «sorpresa final» que el estudio no ha querido desvelar, ha levantado una polvareda en Rusia que amenaza el estreno de la cinta, previsto para el 16 de marzo.
Rompen moldes
-
Elsa y Anna Frozen. La reina rompe la tradición de comer perdices con un príncipe, prefiere reconciliarse con su hermana.
-
Timón y Pumba El Rey León. Hay quien ve en los padres adoptivos de Simba un modelo de familia homoparental.
-
Mulán. La guerrera china se viste como un hombre para abrirse camino. En una secuela tiene un romance con una princesa.
-
Flor Bambi. La mofeta, paradigma de animal rechazado por el resto, se presenta diciendo «puedes llamarme Flor».
-
Dumbo. El dulce y sensible elefante sufre acoso desde pequeño por el hecho de ser diferente.
Vitaly Milonov, un incendiario diputado del partido gubernamental, ha escrito al ministro de Cultura para que prohíba el filme por incumplir la controvertida ley sobre «propaganda homosexual» que él mismo impulsó. Aprobada en 2013 ante la indignación de la opinión pública occidental, la ambigua norma ha servido para recortar la libertad sexual de los rusos, bajo la premisa de «proteger» a los menores. Desde entonces, proporcionar cualquier información a niños y adolescentes sobre la homosexualidad es ilegal en Rusia.
«La sociedad no puede asistir silenciosa a lo que los distribuidores cinematográficos están ofreciendo bajo la apariencia de un cuento para niños y que no es sino propaganda descarada y sin escrúpulos del pecado y de las relaciones sexuales pervertidas», clama Milonov. Exige a las autoridades que examinen con lupa la película antes de permitir su estreno, que coincide con el arranque de las vacaciones de primavera en los colegios rusos. El político asegura haber recibido «cartas de padres preocupados» y considera «la principal tarea del Estado preservar la pureza de los niños y protegerles de la inmundicia del mundo». Sus reclamaciones han hallado eco en el seno de su partido. Alexander Sholokhov, presidente de la comisión de Cultura del Parlamento, se ha mostrado a favor de la censura si se considera que viola la ley.
Lo cierto es que la revisión con actores reales del clásico animado de 1991 está generando titulares en todo el mundo por ser la primera película del estudio fundado por Walt Disney en incluir un personaje abiertamente gay. «Es alguien que se está dando cuenta de que tiene esos sentimientos, que un día quiere ser como Gastón y al día siguiente quiere besarle», explicó recientemente el director de la cinta, BillCondon, en una entrevista a la revista Attitude. «Al final obtiene su recompensa en un momento genuinamente gay», avanzó Condon, sin querer dar más detalles.
El personaje en cuestión está interpretado por el cómico Josh Gad, que se ha declarado «más que orgulloso» de interpretar a un personaje tan «innovador». La cinta, protagonizada por un elenco estelar que encabeza Emma Watson e incluye las voces de Ewan McGregor, Ian McKellen y Emma Thompson, está fabricada para ser un taquillazo. Disney está haciendo de la homosexualidad del secundario una hábil estrategia de promoción.
Petición popular
Atiende así las peticiones de cientos de fans, que después de la matanza de Orlando inundaron las redes sociales exigiendo papeles gays en productos emblemáticos del estudio, como la saga Star Wars o la factoría de superhéroes Marvel, con el objetivo de dar visibilidad a una minoría que sigue siendo la más proclive a sufrir delitos de odio. Aunque para algunos el histriónico personaje de Le Fou (El Loco), un mero palmero del presuntuoso villano, no es exactamente el reconocimiento que estaban esperando, es la primera vez que un personaje de Disney sale del armario. Si bien es cierto que los cinéfilos llevan décadas cazando referencias veladas que rompen el imaginario heteropatriarcal de princesas y besos salvíficos de la factoría.
La polémica se antoja absurda en una industria que acaba de premiar con el Oscar a la mejor película a la historia de un varón negro y gay, pero también ha salpicado a Estados Unidos. Un cine de Alabama ha anunciado a bombo y platillo que no la emitirá «porque si no podemos ver una película con Dios sentado a nuestro lado, entonces no queremos emitirla». La extrema violencia o el sexismo de gran parte de la cartelera hollywoodiense no parecen ser un problema.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión