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Los extraños enfermos de miedo

Paquita vive encerrada hace 8 años. No soporta la luz, las radiaciones ni los detergentes. Nadie la cree. Solo los médicos que se han quedado con sus ahorros. Sus dolencias son psicosomáticas: el cerebro produce los síntomas, pero el dolor es real

Inés Gallastegui

Jueves, 13 de octubre 2016, 01:19

Paquita Pérez vive encerrada en su piso de Lorca (Murcia) desde hace ocho años. Las persianas están echadas porque no soporta la luz. En su ... casa nadie lleva perfume ni ropa lavada con detergente. El simple olor de esos productos le pone enferma. No hay aparatos eléctricos, aparte de la nevera y el teléfono. Para hablar con ella, es necesario gritar un poco, porque usa el inalámbrico a cierta distancia. De lo contrario, asegura, las radiaciones electromagnéticas del terminal le producen asfixia. «No aguanto ni la pila de un reloj, ni el agua del grifo, por el cloro», confiesa. Al cabo de un rato de describir sus dolencias sensibilidad química múltiple(SQM) e hipersensibilidad electromagnética, esta mujer de 67 años se derrumba. «Vivo como un perro, rabiando de dolor, ahogándome. Esto es lo peor que le puede pasar a una persona», clama.

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