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Una joven es liberada por la Policía mexicana en el maletero de un coche donde había sido encerrada.

México lindo y mortal

Españoles que trabajan en la capital azteca, donde murió secuestrada María Villar, narran su experiencia. «Parece que la vida no vale nada», dicen

Inés Gallastegui

Lunes, 26 de septiembre 2016, 00:13

El brutal asesinato de María Villar, hallada muerta en un canal de aguas residuales, asfixiada con la cabeza dentro de una bolsa de plástico y ... atada de pies y manos, ha conmocionado a la colonia española en Ciudad de México. No porque el secuestro sea un delito raro en el país azteca al contrario, es una de las industrias más lucrativas del crimen organizado, sino por su trágico desenlace: los secuestradores suelen retener durante unas horas a sus víctimas, les obligan a sacar dinero de un cajero o asustan a sus familiares para obtener un rescate, pero raramente matan a sus presas. «Ha sido una desgracia, pero no es lo habitual», opina Ángel, un ejecutivo español afincado en la megalópolis americana. «Hay que cumplir ciertas precauciones, pero es fácil relajarse y bajar la guardia», apostilla Miguel, un joven emprendedor madrileño.

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