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Volar contra los límites

Quince saltadores BASE se han matado en agosto. La belleza de los vuelos da alas a pilotos inexpertos

inés gallastegui

Miércoles, 14 de septiembre 2016, 00:26

Hoy voláis conmigo», anuncia un sonriente Armin Schmieder a sus seguidores a través de Facebook Live tras ponerse su traje de alas y su casco ... con cámara en el pico suizo Alpschelehubel, a 2.300 metros. A continuación, guardó el móvil y saltó al vacío, pero ya no se transmitió ninguna otra imagen. En los siguientes 25 segundos se oyó el susurro del viento y de pronto, un grito y una sucesión de golpes. Luego solo los mugidos y los cencerros de las vacas que pastaban en el prado donde horas después sería hallado el cadáver. La brutal muerte del joven italiano residente en Alemania, 28 años y un hijo, es la penúltima de las quince que se han registrado en el último agosto. Demasiadas, incluso para el más extremo de los deportes extremos: el salto BASE, que hace realidad el viejo sueño del hombre de volar como un pájaro. «La gente está saltando con menos seguridad», asegura Brad Patfield, instructor australiano de esta disciplina y redactor de la lista de fallecidos de la revista digital BLiNC, que ha contabilizado desde 1981 un total de 306 bajas. 260 de 2000 a hoy.

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