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El ocaso de los paparazzi

La reina Letizia en bikini sería el bombazo del verano. O pillar a Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa en la playa. Pero las exclusivas ya no son lo que eran desde que los famosos cuelgan su vida en internet

Inés Gallastegui

Lunes, 25 de julio 2016, 00:09

Belén Esteban toma el sol enPunta Cana. Cuando se da cuenta de que los teleobjetivos rondan su toalla en la distancia, le pide a una ... amiga que le haga una rápida sesión con el móvil. En cuestión de segundos, todo el mundo puede ver sus rotundas carnes morenas con un fondo de mar azul turquesa a través de Facebook, Twitter, Instagram o Periscope. «Os fastidiáis», podría estar diciendo su cara si la cirugía plástica no la hubiera vuelto tan inescrutable. ¿Los paparazzi han hecho el viaje en balde? «Las fotos se venden, pero las revistas aprovechan para negociar a la baja», asegura Fernando, nombre ficticio de un reportero gráfico radicado en Marbella que prefiere no identificarse. Las redes sociales han cambiado el panorama de la prensa del corazón, un sector al que la crisis llegó tarde, pero fuerte: reportajes que antes se pagaban a 100.000 euros ahora cotizan cinco veces menos.

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