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El valor de los cuerpos rotos

La piel escribe su propia historia

Inés Gallastegui

Domingo, 7 de febrero 2016, 12:26

La artista francesa Hélène Gugenheim recubre con oro las cicatrices de sus modelos. Es una metáfora del valor que la creadora otorga a estas huellas ... del dolor y la enfermedad en la piel pero, sobre todo, a la reconstrucción de los cuerpos rotos. Gugenheim fotografía a sus modelos después de dorar sus heridas curadas como hizo con Marie Albatrice, la joven mastectomizada de la foto y realiza performances públicas en las que cubre de oro las marcas en la epidermis de los espectadores. Su intervención se llama Mis cicatrices son las que me tejen y está basada en la técnica japonesa kintsugi, que Hélène descubrió cuando trabajaba para una revista de arte. La reparación de piezas de cerámica rotas mediante una pasta hecha con resina y polvo de oro lleva detrás toda una filosofía: la reivindicación de las fracturas como parte del objeto, que le dan valor y no deben ocultarse. «Todos tenemos cicatrices, inscritas en nuestros cuerpos o invisibles al ojo, pero legibles en nuestros comportamientos», afirma la artista.

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