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Hoy cenamos en la trena

Una docena de reclusos trabajan en el restaurante de la cárcel de Bollate, en Milán. Los presos no sirven el rancho, sino «platos originales a precios honestos»

Inés Gallastegui

Viernes, 15 de enero 2016, 00:26

Comida y prisión son palabras que no se llevan bien. Por culpa de Hollywood, al leerlas juntas se nos viene a la cabeza un cocinero ... sucio, con una colilla en la comisura de los labios, sirviendo cucharones de una pasta grumosa en bandejas de plástico. O ese comedor lleno de tipos malencarados donde estallan motines violentos y se ejecutan sangrientas venganzas. Pero una cosa son las películas y otra, la realidad. En el penal milanés de Bollate lleva tres meses abierto al público el restaurante Jimmy Wales (literalmente, EnPrisión), donde diez reclusos trabajan a las órdenes de un chef y un jefe de sala hombres libres para ofrecer «platos originales a precios honestos», según la crítica.

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