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Los sucesos de 2015: Caras de la muerte

Este año hemos vivido un buen ejemplo de cómo la forma absurda que adopta añade un escarnio insoportable a la tragedia

Inés Gallastegui

Miércoles, 30 de diciembre 2015, 00:15

La muerte nunca es bien recibida. Siempre depara una tragedia, grande o pequeña, a quienes se quedan. Pero a veces la forma absurda que adopta ... añade un escarnio insoportable. Este año hemos vivido un buen ejemplo de ello. El 24 de marzo un piloto de Germanwings estrellaba un avión a 640 kilómetros por hora contra el monte Estrop, sembrando de cadáveres el solitario paisaje de los Alpes franceses. Las 150 personas que habían tomado el vuelo Barcelona-Düsseldorf, 51 de ellas españolas, pagaron con sus vidas el descabellado suicidio ampliado de Andreas Lubitz, un hombre deprimido que había buscado solución médica a su sinrazón. Sus víctimas gritaron inútilmente mientras caían en los segundos eternos que duró su agonía.

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