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Madrid. La primera ‘halcona castiza’; nació en Madrid y ha vuelto para criar.

Los halcones nos vigilan

La moda viene de América: el regreso del halcón peregrino a las ciudades y las webcams colocadas en los nidos permiten contemplar el espectáculo de la vida salvaje entre rascacielos y tejados

Inés Gallastegui

Jueves, 3 de diciembre 2015, 00:30

El cazador se eleva a cientos de metros de altura y otea sus dominios en busca de presas. Cuando encuentra una, se lanza en picado ... a más de 300 kilómetros por hora. La víctima, sorprendida, no puede hacer nada para defenderse: a esa velocidad, el impacto de las garras es letal. Todo transcurre en segundos, en pleno vuelo. Después, la rapaz busca un lugar tranquilo y solitario donde posarse y comer. De su captura solo quedan la cabeza, las patas y un revoltillo de plumas. Es el ciclo de la vida.

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