Marbella, de lujo
«La Saint Tropez española», como la llaman los franceses, vive «uno de los mejores veranos de los últimos 30 años». Está llena de vips pero cada vez se dejan ver menos
ester requena
Viernes, 21 de agosto 2015, 09:38
Colas a la entrada de la discoteca de Olivia Valere. Es la estampa nocturna de Marbella. Y eso que caben mil personas y la entrada ... cuesta 30 euros con consumición (entre 50 y 70 si hay actuación). El sábado colgaron el cartel de lleno y los chiringuitos también están hasta la bandera. En El Trocadero, donde es habitual encontrarse a políticos como Aznar, están despachando mil menús cada día y en El Ancla y otros beach club como Nikki Beach han tenido que poner más camas balinesas para los que pasan el verano a golpe de talonario, algunos bebiendo champán del caro: 23.900 euros la botella de 6 litros.
Marbella vive su gran verano con hoteles, restaurantes y locales de moda a pleno rendimiento. Un paseo por la Milla de Oro devuelve la imagen de una rejuvenecida Marbella, indiscutible referente turístico internacional ayer... y hoy. La competencia de otros destinos de playa y la sombra de la corrupción no han podido con ella. «Es uno de los mejores veranos de los últimos treinta años. Hay mucha gente, está todo a tope. ¡Nunca hemos tenido tanto éxito!», confirma Olivia Valere, una clásica de la jet marbellí y esposa del afamado abogado francés Philippe Valeré. Retirada, a sus 68 años, mira de reojo su antiguo negocio, la mítica discoteca que ahora está en manos de sus hijos.
Dicen los empresarios de la zona que el año pasado notaron cierta mejoría y que este está resultando todavía mejor. El estandarte de la Costa del Sol brilla con el lujo con el que se adornan sus visitantes, entre ellos vips como Lenny Kravitz, Eugenia Martínez de Irujo... y Gunilla, claro.
El que empezó como lugar de relax para la aristocracia europea en los años 60 ha ido abriendo sus puertas: árabes, rusos, nórdicos..., además de una legión de turistas españoles, se pasean por las calles estrechas y empinadas, con fachadas blancas y geranios, del casco antiguo. Luego se acercan a la joya de la corona, Puerto Banús. De sus exclusivas calles partirá la semana que viene la Vuelta Ciclista a España, entre yates con helipuerto y cochazos de altísima gama. La competición ciclista se suma a la larga lista de qué hacer y ver en Marbella, porque uno de los secretos del boom de esta temporada, junto con el repunte económico, pasa por el abanico de opciones, especialmente para los jóvenes de economías desahogadas. Solo hay que ver los carteles que empapelan la ciudad y anuncian a los mejores djs, los nuevos «aristócratas» de la noche, les llama Valere. Paris Hilton y Solomun se embolsan más de 100.000 euros por un par de sesiones y en el Cavalli Club Puerto Banús actúan cracks del hip-hop como Chris Brown y Bob Sinclar.
Marbella no solo no decae, va a más. ¿Cuál es el secreto?
Es un paraíso. Además de un clima maravilloso, tenemos desde chiringuitos hasta restaurantes de lujo. Hay infinitas posibilidades, de ahí que sea uno de los destinos más importantes de vacaciones en Europa. El lugar más sofisticado y chic hace patria Valere.
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Casoplones de 10 millones en urbanizaciones con helipuerto privado, champán a 23.000 euros, noches al ritmo pijo de Paris Hilton... la Milla de Oro de la Costa del Sol exuda poderío
Unos encantos a los que sucumbió Michelle Obama, que vino hace cinco años. Desde entonces, la casa 603 del Hotel Villa Padierna, el primero de Andalucía que consiguió la catalogación de seis estrellas (solo hay cinco con esta distinción en España), cuelga un cartel que dice Villa Obama. Alojarse una noche ronda los 2.000 euros en temporada alta y estos días tiene inquilinos.
En los cinco estrellas de la ciudad apenas quedan camas , porque están al 90%. «En agosto está complicado, como mucho es posible alojarse alguna noche suelta. Hasta el 7 de septiembre solo quedan huecos. A partir de esa fecha habrá algo más de disponibilidad», se excusan desde el emblemático hotel Marbella Club.
El banquero noruego
Los ecos del resurgir de Marbella han llegado hasta Francia y hace unos días una de sus principales cadenas de televisión se refería a la ciudad malagueña como «la Saint Tropez española». Lo que ha sido siempre, pero con una diferencia notable. Antes, la jet set se exhibía, pero ahora los famosos buscan resguardar su intimidad. Aunque los hay, y muchos. «Marbella concentra a los famosos de verdad, los que tienen dinero por sus carreras», defiende la periodista del corazón Rosa Villacastín, una habitual en la Milla de Oro desde los años 70. Y rescata una anécdota. «Estaba cenando en un restaurante y en la mesa de al lado estaba el presidente de un banco noruego, una de las diez fortunas más importantes de su país. Aunque en España no le ponemos cara», señala la periodista.
Buena parte de los ricos que manejan los hilos del mundo tienen casa en las sofisticadas urbanizaciones marbellíes y La Zagaleta está considerada la más lujosa de Europa. Allí no se compra casa por menos de 10 millones de euros y no hay una libre. Las ventas se han triplicado y entre los ilustres vecinos, el expresidente de Dragados, el fundador de Orange Telecom o un expresidente de Nestlé, entre otros. Campos de golf, lagos, centros hípicos, helipuerto con conexión directa al aeropuerto, mansiones con jardines versallescos... Este es el panorama. Una ciudad de lujo dentro de otra de la que sus riquísimos moradores apenas salen. Como mucho, para ir a algún cóctel en otra mansión, a resguardo del bullicio y las miradas indiscretas. Miguel Gómez, propietario de la joyería Gómez y Molina, una de las más distinguidas de la ciudad, no da nombres pero asegura que casi a diario llegan grandes fortunas en busca de un detallito para esos anfitriones que les invitan a cenas de marisco, caviar y Dom Perignon.
Pero no todos están agazapados en sus lujosas villas. A algunos se les ve. Abrieron la temporada Eva Longoria y Lenny Kravitz. Y detrás han llegado los demás: Plácido Domingo, el Cholo Simeone y su novia Carla Pereyra, Carmen Lomana, José María Aznar, Elena Benarroch, María Teresa Campos, Eugenia Martínez de Irujo... y, ya puestos, Olvido Hormigos. Por supuesto, no faltan a la cita marbellí los fijos: Gunilla von Bismark y su inseparable Luis Ortiz. El recuento se pudo hacer la semana pasada en la gala benéfica Starlite, el evento que más famosos por metro cuadrado concentra, y en el que ejerce como anfitrión Antonio Banderas.
Los únicos que faltan este año son Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa. Él acudía sin faltar un año a la clínica Buchinger para hacer ayuno y soltar unos kilos, pero no han hecho escala ni para asistir al concierto que Enrique Iglesias ofreció el jueves (el único que daba en España, con entradas agotadas, incluidas las de 1.000 euros de los palcos).
Y lo que queda... La ocupación hotelera para septiembre está al 75%, a falta de reservas de última hora porque en este rinconcito de la Costa del Sol la temporada se alarga hasta noviembre, que Lady Gaga vino a veranear casi en invierno. Once meses de sol, 18 grados de media, playas de calidad y lujo por las esquinas. Marbella no tiene competencia.
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