Abandona a su bebé y a su marido tras tener un hijo con síndrome de Down
Samuel explica que “me lo dieron y le miré y dije ‘es precioso, es perfecto y le voy a cuidar”. Pero que, cuando volvió a la habitación del hospital, se llevó una sorpresa con la reacción de su mujer. Le dio un ultimátum: si quería quedarse con el niño, entonces ella se iría
IDEAL GENTE
Lunes, 9 de febrero 2015, 10:46
The Daily Mirror ha dado a conocer una historia que ha conmocionado a Armenia. La mujer de Samuel Forret, Ruzan Badalyan, (natural del país) le ... ha abandonado y le ha pedido el divorcio una semana después de dar a luz un bebé, Leo, con síndrome de Down. Todo porque considera que la discapacidad del bebé traerá vergüenza a la familia.
Samuel, originario de Auckland, Nueva Zelanda, señala que al nacer el pediatra salió de la habitación con el pequeño Leo y añade que las autoridades hospitalarias no les dejaron verle y que, cuando el doctor salió, les dijo que había un problema serio con su hijo. Él seguía igual de feliz pero su mujer rechazó tocar a su hijo.
Samuel explica que me lo dieron y le miré y dije es precioso, es perfecto y le voy a cuidar. Pero que, cuando volvió a la habitación del hospital, se llevó una sorpresa con la reacción de su mujer. Le dio un ultimátum: si quería quedarse con el niño, entonces ella se iría.
Lo que ocurre cuando un bebé como éste nace, te dirán que no tienes que quedártelo. Mi mujer ya lo había decidido, por lo que todo estaba decidido a mis espaldas, señala Samuel.
Así, una semana después de dar a luz, la madre de Leo pidió el divorcio. Ahora, quiere ahora volver a Nueva Zelanda, donde su familia le espera para apoyarle. Y ha pedido ayuda: ha creó una página en GoFundMe y ya llevaba recaudados más de 175.000 euros
No tengo mucho, de hecho tengo poco. El objetivo es conseguir lo suficiente para un año y conseguir un trabajo de media jornada para que Leo no tenga que estar en una guardería y poder cuidarle, explica Samuel.
Ruzan, en cambio, en un comunicado publicado por el Daily Mirror, asegura que no abandonó a su hijo, sino que así tendrá un mejor futuro en Nueva Zelanda. Asegura que no le dio un ultimátum a su marido y que él desapareció del hospital con el niño diciéndole que volvía a Nueva Zelanda.
Además, agrega que él nunca le ofreció viajar con él a Nueva Zelanda ni criar al niño juntos en ese país. Afirma que entonces se planteó luchar por él y que tuviera una vida en Armenia, donde hay pocas ayudas para niños con estas características, o dejar que viviera una vida con oportunidades en Nueva Zelanda, por lo que finalmente optó.
Por su parte, Samuel asegura que si su mujer decide volver, le perdonará y le dará una segunda oportunidad. Explica que aún adora a su mujer y espera que algún día vuelvan a ser una familia. La puerta estará siempre abierta.
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