Una intensa jornada de negociación en un clima de alta tensión que no da frutos

Hay huelga este sábado 1 de marzo en Sierra Nevada y además se vive en un ambiente de alta tensión, hasta el punto de que los sindicatos amenazaron ayer con prolongar los paros de forma indefinida como respuesta a las supuestas «amenazas» por parte de la dirección. Los cuatrocientos trabajadores de Cetursa Remontes están llamados a secundar la primera de las ocho jornadas de paros convocada como medida de presión para alcanzar sus demandas laborales y denunciar el incumplimiento de los acuerdos alcanzados hace un año con la dirección.

La clave fundamental han sido los remontes a las 8.30 horas de la mañana. Si se lograba impedir el funcionamiento de los tres telecabinas que comunican Pradollano con Borreguiles –el Al Andalus y el Borreguiles– y del telesilla Antonio Jara, que va de Pradollano a La Loma de Dílar, los esquiadores no podrían subir a la estación, lo que obligaría a Cetursa a cerrarla y a reembolsar los forfaits, al igual que se hace en las jornadas de inclemencias meteorológicas. Es lo que ha ocurrido.

La incertidumbre es alta y el cabreo, la impotencia y la indignación mayúsculos por parte de los empresarios de la estación, que son ajenos al conflicto de Cetursa con sus trabajadores pero grandes damnificados, ya que la huelga supone un mazazo económico en el momento álgido de la temporada. «Han ido a hacer mucho daño», se lamentaba el presidente de la Asociación de Empresarios de Sierra Nevada, Ordoño Vázquez, hace unos días. En los días previos se han vivido enfrentamientos verbales, cruces de acusaciones e incluso un trabajador ha interpuesto una denuncia por amenazas ante la Guardia Civil.

Y el ambiente se ha enrarecido aún más tras la reunión de ayer, que acabó con la esperanza de una solución que mantenían los empresarios. Tras intercambiar propuestas y tras horas de estudio, la negociación saltó por los aires.

La dirección de Cetursa se había comprometido a revisar nuevamente, junto a la política de salud y seguridad laboral –en la que la temporada actual se han invertido cerca de 800.000 euros– , el resto de las principales reivindicaciones planteadas por los representantes de los trabajadores relacionadas con las nuevas categorías, las salidas incentivadas o el seguro de accidentes, entre otras. En la tarde de ayer, la empresa emitía un comunicado que refleja claramente su decepción, malestar e impotencia. «No es una cuestión de plus de altura, del seguro de accidentes, externalizaciones o categorías; se trata de un mecanismo de negociación imposible para cualquier empresa», señalaban.

Así, desde la empresa pública que gestiona Sierra Nevada recordaron que en 2024 se convocó una huelga para exigir el cumplimiento de una serie de puntos «que se han resuelto en un porcentaje elevado». «Y antes de que se cumpla un año se convoca otra con puntos nuevos y los de 2024, ampliados. Nos dan 15 días para resolverlos», lamentaban. «La empresa no puede estar todos los años pendiente de los motivos de la convocatoria de huelga siguiente, que es lo que ha hecho siempre el comité desde hace al menos 15 años. Este comité llegó a convocar una huelga en la temporada de la covid, cuando Sierra Nevada era la única estación que tenía algo de actividad», añadieron desde Cetursa. Por eso, desde la empresa fueron contundentes al defender su rechazo a aceptar las condiciones que planteaba el comité de huelga. «Alguna vez la empresa tiene que poner pie en pared y decir: 'No. Haga usted huelga', pero lo que no podemos consentir es que cada año haya restos del acuerdo anterior que no se ha podido solventar por temas de plazo –o de permisos– más las nuevas reivindicaciones de ahora y, además, ampliar los del año pasado», concluyeron.