La Virgen de los Ferroviarios recupera su policromía original
También se han repuesto dos lágrimas originales de la imagen, obra anónima de 1770, y se ha eliminado una añadida posteriormente.
De los trabajos de conservación y restauración que se realizan durante estos meses estivales en nuestra capital, ya ha concluido el primero de ellos que ... se inició hace más de un mes y que se ha ejecutado en la imagen de la Escuela Granadina de escultura, fechada hacia 1770 y cuyo autor se desconoce. Se trata de la venerada imagen de Nuestra Señora del Amor y el Trabajo, Patrona de los Ferroviarios, y Titular de la cofradía conocida popularmente por «Los Ferroviarios».
Se han encargado de afrontar esta intervención los restauradores Jesús Salas y María José Luis. Ésta última ha asumido la mayor parte de los trabajos que han devuelto la imagen a su concepción original, tal y como fue concebida por su autor.
La primera fase del trabajo consistió en un minucioso análisis estructural lo que ha permitido confirmar que la talla se encuentra en perfectas condiciones observándose sólamente las propias patologías razonables fruto del paso del tiempo y de la exposición al culto público que conlleva la manipulación para su ubicación en los altares de cultos, las vestimentas propias de los distintos tiempos litúrgicos, exposición a la veneración con cera, el contacto con los fieles o la propia exposición de la talla a la salida procesional de cada año o a las que realiza por el barrio de Los Pajaritos anualmente.
Una vez finalizó el análisis inicial se procedió a reformar el candelero «y a corregir una pequeña grieta existente entre la mascarilla del rostro y la cabeza, algo que es normal en estas imágenes puesto que la madera es un elemento vivo», confirmó a nuestra redacción la restauradora María José de Luis. Después se procedió a la limpieza «que ha sido muy minuciosa y para ello procedimos a la retirada de los repintes y barnices que se aplicaron en la restauración de 2008». Para afrontar esta fase ha sido muy importante «contar con los informes de dicha intervención ya que les ha permitido conocer los procesos utilizados y revertirlos para devolver la imagen a su estado original».
Finalmente esta intervención ha servido también para afianzar la policromía «en aquellas zonas que presentaban mayor riesgo, retirándose aquellas zonas que presentaban carencias en las manos y cuello de la imagen», señalan los restauradores.
Fue una jornada de auténtico júbilo en la hermandad de los Ferroviarios y en la parroquia de San Juan de Letrán donde se veneran la imagen del Cristo de la Buena Muerte y de la Virgen del Amor y del Trabajo, Titulares de esta cofradía del Viernes Santo granadino. Se mantuvo la imagen expuesta a la contemplación y veneración de los fieles, feligreses y cofrades. «Es un día muy esperado y durante toda la jornada de exposición ha participación ha sido muy numerosa» confiesa el hermano mayor de la cofradía, Victor Carmona, señala que para él «la Virgen está preciosa» y la comisión integrada por la vocal de cultos y camarista, el vocal de cultos y el prioste de la cofradía «han estado pendientes minuto a minuto de toda la intervención y el informe que nos han ido facilitando ha sido muy bueno». En el rostro de los miembros de la hermandad y en las afirmaciones que realizaban al ver a la Virgen el consentimiento a la obra desarrollada se precisaba de total conformidad.
Ladillo: Marcas de dos lágrimas.
Durante este proceso, los restauradores descubrieron las marcas de dos lágrimas que estaban ausentes: una que había desaparecido y otra que se había desplazado. En este sentido, cabe destacar que localizaron tanto la ubicación original de la lágrima como el reguero que dejaba a lo largo de la mejilla. Tras este hallazgo, y previa consulta de imágenes antiguas y del parecer de la Junta de Gobierno, «se acordó restituir ambas lágrimas en su posición original, en un proceso completamente reversible, tal y como marcan los protocolos en estos casos», señaló María Jose Luis en la conferencia ofrecida a todos los que quisieron escucharla sobre estos trabajos. «En consecuencia, se decidió, con acierto, recuperar las dos lágrimas originales y eliminar la añadida, logrando así una disposición más armónica sobre el rostro».
«Refuerzo estructural y tratamiento de las policromías» son las dos fases afrontadas en este encargo. Además, se ha cerrado la abertura existente entre las maderas de la peana del altar, donde se asienta la imagen, insertando un listón de madera de pino. Para corregir la deformación de dicha peana, se han añadido también dos pletinas de refuerzo en su parte posterior.
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