'Los niños van más a su cofradía que a la parroquia'
José María Gil Tamayo, arzobispo de Granada, solicita la presencia en las cofradías de un nuevo vocal en las Juntas de Gobierno que se ocupe de la iniciación cristiana
Álvaro de la Torre Araus
Granada
Viernes, 14 de marzo 2025, 10:59
'Debo estar en la plaza de las Pasiegas con vosotros el día de vuestra Estación de Penitencia. Es donde quiero estar'. Con estas palabras ... de cariño y cercanía daba comienzo José María Gil Tamayo, arzobispo de Granada, su charla cuaresmal con los cofrades granadinos. Un acto celebrado en la curia diocesana (centro Nuevo Inicio) como preparación para los días de Pascua. El prelado aprovechó su ponencia 'Ser Cofrade, un modo de ser cristiano' para exponer algunas de las claves que los Obispos del Sur de España publicaron a través de la Carta Pastoral María, Estrella de la Evangelización, dirigida a todos los católicos de sus diócesis, y en especial, a los que participan de la piedad popular. 'La labor de las hermandades y cofradías se asienta en cuatro pilares básicos: confesar la Fé, celebrar los Sacramentos, anunciarlos y transmitir el amor de Cristo. No se puede vivir lo que no se celebra' afirmó.
Sin lo trascendental, sin evangelización 'las obras de la iglesia o las cofrades pueden llegar a ser como las de una ONG'. El arzobispo de Granada recordó cómo el Papa San Juan Pablo II describió, en su viaje a Andalucía en 1982, a la piedad popular como fuerza contra la descristianización y la pérdida de valores en la sociedad, y apeló a la Virgen como Estrella de esa fuerza, en definitiva, de una nueva Evangelización que hiciera frente a esos retos. 'Nuestra Semana Santa es singular, única. No es igual a otras ni debe serlo. Tiene solera. No es una serie de actividades ni de convicciones. Es una realidad más profunda. Lo cofrade afecta a todo el ser de la persona: vida, historia y espíritu'. Además. indicó que 'debemos estar en una constante actitud de salida' enfatizó el que fuera director de la Secretaría de la Comisión de Comunicación Social de la Conferencia Episcopal Española.
Para el arzobispo granadino el mayor peligro de una cofradía son sus luchas internas, 'caminar con otros supone vencer el individualismo. Una cofradía se rompe cuando sus miembros buscan el poder, se difaman, se mueven por el egoísmo... Carece de sentido cualquier culto si existe una división interna. Para que el mundo crea todos debemos ser uno' expuso ante una gran parte de los hermanos mayores de Granada y la Junta de Gobierno de la Real Federación de Cofradías. 'Nunca podemos perder la unidad ni la fraternidad' concluyó.
El mundo cofrade como agente evangelizador
La idea central que quiso transmitir Gil Tamayo giró en torno al reconocimiento, no solo de la fuerza de la piedad popular en nuestra sociedad, como barrera frente a la secularización. 'No sirve de nada una vida vinculada a nuestras hermandades si a ello no le acompaña una verdadera comunión con el Evangelio y las enseñanzas de la Iglesia. Se corre el peligro de reducir la fe y la religión a meras experiencias y vivencias culturales de gusto por el arte, la música y el folclore, olvidando a Dios y por tanto, la esencia de la Iglesia. Debemos caminar juntos como en una procesión. Peregrinar y socorrer a los heridos de esta sociedad. Debemos ser un hospital de campaña'.
Para la iglesia, el mundo cofrade es, y debe ser, un agente evangelizador. El Papa Francisco centra esta tarea en tres objetivos: Evangelicidad, eclesialidad y misionariedad. 'Si bien nuestras Hermandades y Cofradías son entidades sociales diversas y con una importante pluralidad de opiniones y puntos de vista, existe un mínimo común esencial que debe unirnos a todos en una verdadera Fe. El amor es más fuerte que la muerte. Los cofrades, la iglesia, siguen y muestran las enseñanzas de Jesus en su vida cotidiana. En tiempos de secularización la Nueva Evangelización resulta fundamental. Los cofrades de la Semana Santa de Granada tienen que asumir su compromiso con este proceso, participar de forma sustancial en las actividades del mismo y hacerlo de forma comprometida con la eclesialidad'
El Arzobispo considera que 'si la Iglesia existe para evangelizar, las cofradías también existen oara hacerlo'. 'Las hermandades deben protegerse del secularismo que lleva al laicismo y a la mundanización de todo. Si esto ocurre la hermandad se convierte en una cáscara vacía,. Unidos podremos resistir'.
Decreto de 18 de febrero de 2025 con la normativa vigente sobre las hermandades , cofradías y agrupaciones parroquiales
Tamayo pretende reforzar la identidad católica de las hermandades, cuyos tres pilares fundamentales (culto, formación y caridad), con un necesario cuarto: participar activamente en la misión evangelizadora de la Iglesia. Para ello, en los próximos días se presentará el Decreto de 18 de febrero de 2025 con la normativa vigente sobre las hermandades , cofradías y agrupaciones parroquiales. Además, se ha trabajado para orientar y fortalecer el papel de los consiliarios en las cofradías. José María Gil Tamayo compartió tres herramientas para llevar a cabo este compromiso: Transmitiendo la Fe, acogiendo y dando esperanza.
'Las hermandades deben ser escuelas de vida cristiana, y en este objetivo es fundamental la unión con nuestra parroquia y la formación. Confirmación, Eucaristía y Confesión son parte irrenunciable que deben asumir las cofradías. Para ello solicitó la presencia de un nuevo Vocal en las Juntas de Gobierno que se ocupe de la iniciación cristiana. 'Los niños van más a su cofradía que a su parroquia. Tenemos que estar preparados para dar respuesta y orientar a todo el que se acerca a una cofradía, que muchas veces no conoce bien nuestra Fé'.
Es fundamental que los hermanos que se encarguen del gobierno de una hermandad vivan los sacramentos, entiendan que la primera responsabilidad es evangelizar
La devoción popular, que se manifiesta en nuestras hermandades y cofradías, resulta fundamental en las parroquias. Sobre todo en zonas como el barrio del Albaicín. 'Tenemos la suerte que cada vez hay menos enfrentamientos con el párroco porque cada vez contamos con más sacerdotes cofrades' confesó el Arzobispo. Precisamente para el prelado en un mundo plagado de sufrimientos y de duelo, el acompañamiento de las cofradías resulta esencial para mantener encendida la llama de la esperanza.
'Me emociona ver a las paveras con los niños en un cortejo. No hay mayor muestra de unidad en medio del individualismo. Me reconforta la unidad en un esfuerzo común que nos muestran los costaleros'. Los miembros de una Junta de Gobierno deben ser modelos de familia y de vida cristiana. Además, no estamos llamados a ser jueces de nadie. Tenemos que integrar a los divorciados ya las parejas de hecho. Tenemos que permanecer siempre en una dinámica de respeto'. Es fundamental que los hermanos que se encarguen del gobierno de una hermandad vivan los sacramentos, entiendan que la primera responsabilidad es evangelizar y que participen de la eucaristía dominical y la vida parroquial. Las parroquias, los movimientos, los colegios deben ver en las cofradías un lugar para la formación cristiana'.
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